Retiradas ocho investigaciones de uno de los científicos más prestigiosos de España
Uno de los científicos más prestigiosos de España, Carlos López Otín, se ha visto obligado a retirar de golpe ocho de sus investigaciones por presuntas irregularidades. Los trabajos, publicados entre los años 2000 y 2007, están relacionados con la identificación de nuevos genes humanos implicados en el cáncer o en otras enfermedades. En 2009, López Otín recibió de manos del rey Juan Carlos el Premio Nacional de Investigación, dotado con 100.000 euros.
La Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de EE UU explica en el último número de su revista Journal of Biological Chemistry que ha exigido a López Otín la retirada de ocho artículos. En los estudios, en los que el investigador figura como autor principal acompañado de otros 24 coautores, aparecen algunas imágenes duplicadas, otras rotadas 180 grados, experimentos aparentemente reutilizados en estudios diferentes y otras “manipulaciones inapropiadas”, según la revista. Los autores defienden que son errores formales “muy menores” y que sus resultados han sido validados después por otros grupos independientes.
López Otín, nacido en Sabiñánigo (Huesca) en 1958 y catedrático de Bioquímica de la Universidad de Oviedo, es una eminencia en la ciencia española. El Consejo Europeo de Investigación le concedió hace dos años 2,5 millones de euros para estudiar los mecanismos moleculares del envejecimiento. Desde 2009, codirige la contribución española al Consorcio Internacional de los Genomas del Cáncer, un trabajo que le ha permitido identificar mutaciones claves para mejorar el tratamiento de la leucemia linfática crónica. Es uno de los 10 científicos europeos más citados en su campo.
El bioquímico se siente víctima de una misteriosa persecución. “Desde hace un año y medio, la situación se volvió insoportable. Alguien se dedicó durante meses a examinar con un detalle inusitado los más de 400 artículos que he publicado en los últimos 30 años de mi carrera científica. Fruto de esta lupa gigantesca colocada sobre nuestro laboratorio se detectaron errores en algunos artículos”, explica desde París, donde afirma buscar una “reparación mental intensiva” en una estancia sabática en un laboratorio francés, informa Nuño Domínguez.
Un informante anónimo, bajo el seudónimo Clare Francis, ha avisado a este diario de la retirada de los ocho estudios de López Otín. La misma persona ha enviado otros siete mensajes diferentes desde 2017 señalando errores en trabajos del científico español. El denunciante, siempre en inglés, también acusa de irregularidades a otros investigadores nacionales, ajenos a López Otín. Clare Francis es un seudónimo habitual empleado por científicos de todo el mundo para denunciar de manera anónima supuestas malas prácticas de sus colegas.
“En ciencia se cometen errores como en cualquier actividad humana, pero curiosamente estos supuestos errores o dudas eran irrelevantes desde el punto de vista científico. Por ahora no hay ninguna conclusión de nuestros centenares de trabajos que haya sido cuestionada por los múltiples grupos que han seguido los diferentes caminos que abrió nuestro trabajo en distintos campos”, sostiene López Otín. Hace un mes, un noveno artículo del investigador fue retractado por otra revista, Nature Cell Biology, por una serie de errores que, a juicio de los autores, tampoco restan validez a las conclusiones. El trabajo, sobre los mecanismos moleculares del envejecimiento, estaba también firmado por George Daley, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (EE UU).
En el caso de los ocho artículos retirados ahora por el Journal of Biological Chemistry, López Otín y sus colegas sugirieron a la revista publicar simplemente una corrección, sin éxito. “A pesar de la validez de los hallazgos científicos mostrados en estos artículos, citados en más de 800 publicaciones de otros autores, ha decidido exigirnos su retirada”, lamenta el investigador. “Todo ha sido validado, pero no han querido admitir los cambios”, coincide Alberto M. Pendás, genetista del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca y coautor de uno de los trabajos.
Sin embargo, la portavoz para asuntos de integridad en la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de EE UU, Kaoru Sakabe, es tajante: “La revista se compromete a corregir la literatura científica cuando es apropiado y posible”. Según Sakabe, la “preocupación” por los defectos en los ocho estudios dirigidos por López Otín “fue planteada por lectores”.
Un colega del investigador español, que prefiere no dar su nombre, opina que los errores detectados “son éticamente inaceptables, aunque no alteren significativamente las conclusiones” de los estudios. “Es un asunto binario: o manipulas o no manipulas. Y, si manipulas, aunque sea una manipulación torpe para ahorrar tiempo, está mal”, zanja este científico. A su juicio, no obstante, “López Otín ha sido y sigue siendo un referente para la ciencia española, porque sus éxitos están fuera de toda duda”.
“En los artículos hay errores humanos y también hay intentos de alguno de los coautores de mejorar estéticamente algunas figuras, pero las partes manipuladas no son verdaderamente importantes”, apunta el biólogo molecular Juan Valcárcel, del Centro de Regulación Genómica de Barcelona. Este investigador ha coordinado una iniciativa de medio centenar de científicos para solicitar al Journal of Biological Chemistry que no retire los ocho estudios de López Otín, pero no ha tenido éxito. “No es que pretendiésemos que se ignorasen los errores, sino que se corrigiesen sin dejar un vacío en la literatura”, matiza.
“Las manipulaciones no se pueden defender de ninguna manera, pero el castigo tiene que ser proporcional. Hay que tener en cuenta el daño que se hace a la ciencia al retirar trabajos totalmente validados”, asevera Valcárcel, para quien “la integridad profesional y humana [de López Otín] está fuera de toda duda”. “Es como si alguien quisiese cuestionar el descubrimiento de Colón porque no supervisó adecuadamente el atraque de la flota en el puerto de La Gomera de camino a América”, opina. Otra colega también es contundente: “Yo creo en la honradez de Carlos”.
Fuente: elpais.com