No se sabe qué aspecto tenían, qué comían o si poseían tecnología. De hecho, hasta hace una década ni siquiera se sabía que los denisovanos habían existido alguna vez.
Lo que es seguro es que esta especie de homínidos antiguos tuvo sexo con los humanos modernos.
De acuerdo con un estudio publicado esta semana en la revista Cell, nuestros antepasados se cruzaron y tuvieron hijos con los denisovanos en al menos dos oportunidades.
Utilizando innovadoras técnicas, investigadores de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, detectaron rastros de ADN de los homínidos de Denisova en personas que hoy en día viven en el este de Asia y en Oceanía, y descubrieron que eran distintos entre sí.
«Me sorprendió que hubiera dos grupos muy diferentes de denisovanos que aportaran ADN a los humanos modernos; no era algo que esperaba ver», dijo Sharon Browning, autora principal del estudio y genetista de la Universidad de Washington, al sitio de noticias Live Science.
Y es que cada nuevo descubrimiento sobre estos misteriosos homínidos tiene el potencial de reescribir la historia.
¿Quiénes eran los denisovanos?
En 2008 un equipo de antropólogos descubrió un diente adulto y huesos del meñique de una niña en Denisova, una cueva en el sur de Siberia.
Los restos fósiles tenían 40.000 años de antigüedad y, si bien los estudios genéticos demostraban que tenían vínculos con los neandertales, tampoco se trataba de la misma especie.
Tras establecer que tenían tantas diferencias con los neandertales como estos con los homo sapiens, la nueva especie fue bautizada en honor al lugar de aquel primer hallazgo.
En estos 10 años apenas se encontró otro diente y restos fósiles de un dedo del pie en la misma cueva.
Pero el descubrimiento en sí ya obligó a reescribir los libros de la evolución y de las migraciones de los seres humanos.
Hasta entonces, por ejemplo, se pensaba que los neandertales y humanos modernos habían sido los únicos homínidos viviendo en Europa y Asia durante el Pleistoceno tardío.
No obstante, así como nuestros ancestros migraron de África por primera vez hace 60.000 años, los neandertales y denisovanos habían hecho lo propio hace entre 300.000 y 400.000 años.
«En lugar de la historia clara que solíamos utilizar para explicar la migración desde África de los humanos modernos y el reemplazo de los neandertales, ahora tenemos estas líneas entrecruzadas con más participantes y más interacciones de lo que previamente conocíamos», dijo en su momento Richard Green, de la Universidad de California, en Santa Cruz, quien participó en el histórico descubrimiento.
Por otra parte se sabe que la rama de los denisovanos se separó de los neandertales hace unos 400.000 años y que ambos grupos lo hicieron de los homo sapiens hace 600.000 años.
Pero eso no les impidió tener encuentros sexuales entre ellos.
En tres instancias
En un comunicado de la Universidad de Washington, Browning dijo sobre su estudio: «Este hallazgo nos ofrece una comprensión más matizada de la mezcla de humanos modernos y poblaciones antiguas que ocurrió cuando los humanos migraron de África».
«Gracias al análisis de ADN, sabíamos que había al menos dos eventos de cruces: uno con neandertales y uno con denisovanos», agregó.
Ahora los investigadores confirmaron al menos un encuentro sexual más entre humanos y denisovanos.
Los rastros de ADN denisovano del evento sucedido en Oceanía se registran sobre todo en el genoma de pobladores de Papúa Nueva Guinea, que contienen hasta 5% de estos ancestros.
El otro episodio, el que ocurrió en el este asiático, pudo observarse sobre todo en el ADN de chinos Han y Dai, además de japoneses.
Browning dijo a Live Science: «Para mí esto sugiere que los humanos modernos no eran tan diferentes de los neandertales y los denisovanos».
Fuente: BBC