Un científico de la UNLV (Universidad de Nevada en Las Vegas) ha descubierto la primera evidencia directa de que puede haber bolsas de agua líquida a 800 kilómetros de profundidad, en el manto terrestre.
La investigación de Oliver Tschauner y sus colegas, publicada en Science, reveló rastros de agua cristalizada única llamada ‘Ice-VII’ en diamantes que emergen desde el interior de la Tierra.
En el negocio de la joyería, los diamantes con impurezas tienen menos valor. Pero para Tschauner y otros científicos, esas impurezas, conocidas como inclusiones, tienen un valor infinito, ya que pueden ser la clave para comprender el funcionamiento interno de nuestro planeta.
Para su estudio, Tschauner usó diamantes encontrados en China, la República de Sudáfrica y Botswana que surgieron desde el interior de la Tierra. «Esto muestra que este es un fenómeno global», dijo el investigador en un comunicado.
Los científicos teorizan que los diamantes usados en el estudio nacieron en el manto a temperaturas que alcanzan más de 537 grados Celsius.
El manto, que representa más del 80 por ciento del volumen de la Tierra, está hecho de minerales de silicatos que contienen hierro, aluminio y calcio, entre otros. Y ahora podemos agregar agua a la lista.
El descubrimiento de Ice-VII en los diamantes es la primera ocurrencia natural conocida de fluido acuoso del manto profundo. Ice-VII se había encontrado en pruebas de laboratorio previas de materiales bajo presión intensa. Tschauner también descubrió que, mientras que bajo los confines de los diamantes endurecidos que se encuentran en la superficie del planeta Ice-VII es sólido, en el manto es líquido.
«Estos descubrimientos son importantes para entender que las regiones ricas en agua en el interior de la Tierra pueden desempeñar un papel en el presupuesto mundial del agua y el movimiento de elementos radiactivos generadores de calor», dijo Tschauner.
Este descubrimiento puede ayudar a los científicos a crear modelos nuevos y más precisos de lo que está sucediendo dentro de la Tierra, específicamente cómo y dónde se genera el calor debajo de la corteza terrestre. En otras palabras: «Es otra pieza del rompecabezas para entender cómo funciona nuestro planeta», dijo Tschauner.
Por supuesto, como suele ocurrir con los descubrimientos, este fue encontrado por accidente, explicó Tschauner. «Estábamos buscando dióxido de carbono», dijo. «Todavía lo estamos buscando, en realidad».
Fuente: europapress.es