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Primer estudio al intestino fosilizado de un saurópodo reveló que apenas masticó su última comida

Según una nueva investigación, la especie herbívora de característico cuello largo, dependía casi por completo de sus microbios intestinales para digerir las plantas de las que se alimentaba

Entre 94 y 101 millones de años atrás, murió Judy, una ejemplar de saurópodo que habitaba lo que hoy es Queensland, al noreste de Australia. Si bien, poco después de su muerte los animales carroñeros removieron sus restos, gran parte de su cuerpo se conservó y fue encontrado en 2015. Su hallazgo ha permitido estudiar, por primera vez, el intestino de uno de estos gigantes de cuello largo.

Judy pertenece a la especie Diamantinasaurus matildae, saurópodos titanosaurios de complexión robusta, cuello y cola larga. Medía unos 11 metros de largo, con un cuello de 4 metros y una cola de 3,3 metros, y en su intestino fosilizado encontraron una gran variedad de vegetación.

“Nunca antes se había encontrado contenido intestinal genuino de saurópodos, a pesar de que se conocen a partir de fósiles hallados en todos los continentes y de que se sabe que el grupo abarca al menos 130 millones de años”, afirmó Stephen Poropat, investigador de la Universidad de Curtin, Australia.

Casi no masticaban

Basados en estudios de su anatomía (cuello y mandíbulas) y comparaciones con animales actuales, se hipotetizaba que los saurópodos eran vegetarianos, pero no se había encontrado evidencia directa de su dieta. Ahora, los fósiles de plantas hallados en el intestino de Judy respaldan la hipótesis, y agregan un dato más: los saurópodos apenas masticaban, por lo que su digestión dependía casi por completo de sus microbios intestinales.

De acuerdo al estudio publicado en la revista Current Biology, el cololito (contenido digestivo fosilizado) del espécimen estaba compuesto por diversas plantas, incluyendo follaje de coníferas, cuerpos fructíferos de helechos con semillas y hojas de angiospermas (plantas con flores), lo que indica que se alimentaba de forma indiscriminada y en grandes cantidades.

“Las plantas en el interior muestran evidencia de haber sido cortadas, posiblemente mordidas, pero no masticadas, lo que apoya la hipótesis de la alimentación en masa en los saurópodos”, sostuvo Poropat.

No se alimentaban selectivamente, sino que comían cualquier planta que pudieran alcanzar y procesar de forma segura.

Se adaptaron a comer flores

De acuerdo a los investigadores, el hallazgo de angiospermas en el intestino del saurópodo sugiere que la especie se adaptó con éxito a comer plantas con flores. También señalaron que probablemente se alimentaba de plantas tanto bajas como altas, al menos antes de la edad adulta.

La presencia de pequeños brotes, brácteas y vainas en el cololito implica que el Diamantinasaurus se alimentaba de las nuevas porciones de coníferas y helechos con semillas, que son más fáciles de digerir.

Según los autores, la estrategia de alimentación masiva indiscriminada parece haber sido eficaz para los saurópodos durante 130 millones de años y podría haberles permitido alcanzar el éxito y la longevidad.

Con todo, el equipo investigador reconoce la limitación que produce solo contar con el contenido intestinal de un ejemplar. “Este contenido intestinal solo nos informa sobre la última o varias comidas de un solo saurópodo subadulto”, dijo Poropat.

“Desconocemos si las plantas preservadas en nuestro saurópodo representan su dieta típica o la dieta de un animal estresado. Tampoco sabemos hasta qué punto las plantas en el contenido intestinal son indicativas de saurópodos juveniles o adultos, ya que el nuestro es un subadulto, y desconocemos cómo la estacionalidad pudo haber afectado la dieta de este saurópodo”, aseguró.

Fuente: meteored.cl

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