El mayor peligro de estas formaciones es cuando ocurren en zonas urbanas
Sigue creciendo el socavón que se formó el fin de semana en la comunidad de Zacatepec, Puebla. El lunes, el diámetro de la cavidad era de 60 metros, y este martes es de 80, y amenaza con seguirse ampliando.
“La tierra se estaba como que estaba moviendo, todavía alcancé a ver el agua, estaba como que sonaba por debajo eran como olas no, y pos nos espantamos, prácticamente vi que el cuarto de mi hija se partió el piso, dos días antes olía como azufre”, dijo Magdalena Xalamihua, propietaria de casa afectada.
La señora Magdalena es la principal afectada por el socavón que se formó el sábado en la comunidad de Zacatepec, del municipio de Juan C. Bonilla, su casa está a punto de colapsar debido a erosión de las paredes de este socavón.
“En donde se encuentra este socavón está a unos 32 kilómetros del volcán. Esto quiere decir que está formado por depósitos de material del volcán que son cenizas, materiales finos. Son depresiones, agujeros formados que pueden ser de forma súbita o paulatina, porque se pierde la capacidad de sustentación del suelo. Cuando nosotros vamos removiendo el agua y va disminuyendo el nivel freático y cuando vuelve a subir, lo que sucede es que vamos removiendo partículas del suelo sostiene la capa superficial, y vamos debilitando la parte de abajo y finalmente viene este colapso”, dijo Carlos Miguel Valdés, investigador del Instituto de Geofísica, de la UNAM.
Otros factores también pudieron haber intervenido.
“La principal intervención que sufre la región es la extracción de agua muy abundante la extracción de agua desde la instalación de los parques industriales y desde el desmedido crecimiento de las zonas urbanas”, señaló Alejandra López, investigadora del Centro Universitario para Prevención de Desastres Regionales Puebla
“Yo creo que en estos días va a seguir teniendo movimiento”, destacó José Antonio Ramírez, coordinador Estatal de Protección Civil Puebla.
La formación de socavones es muy parecida a la de los cenotes, de hecho, el más grande conocido en el mundo se encuentra en Aldama, Tamaulipas: el zacatón, con 339 metros de profundidad, pero el mayor peligro de estas formaciones es cuando ocurren en zonas urbanas, como ha ocurrido en Guatemala o en Japón.
“Se convierten en zonas inestables, es muy difícil rellenarlos porque es un volumen inmenso. La recomendación es: si se forma una laguna, tratar de pensar en otras ideas, si puede ser un lugar turístico. ¿Qué hicieron nuestros antepasados? Los Mayas lo que hacían en convertirlos en centros ceremoniales”, concluyó Carlos Miguel Valdés, investigador Instituto de Geofísica, UNAM.
Fuente: noticieros.televisa.com