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¿Por qué chismeamos? La ciencia detrás de un fenómeno universal

¿Qué es un chisme? ¿Por qué chismeamos? ¿Cuál es el impacto del chisme en las relaciones interpersonales y grupales? ¿Está presente en todas las culturas? Estudios desde la antropología dan respuesta a estas interrogantes

Comencemos por la definición de la palabra chisme: según la RAE, en modo coloquial, se refiere a una noticia (verdadera o falsa) o comentario que generalmente pretende indisponer a unas personas en contra de otras.

Otra acepción, mucho menos usada en Latinoamérica, la define como baratija o trasto pequeño. Varios autores coinciden en que su origen está en la palabra schisma o schismătis del latín tardío o en skhizein del griego, ambas con el significado de separación o división. De ahí que el chisme se asocie con la idea de que genera conflictos entre personas.

El chisme desde una mirada evolutiva

Pero el antropólogo británico Robin Dunbar, profesor de la Universidad de Liverpool, ha argumentado en su estudio “El chisme desde una perspectiva evolutiva” que el chisme, más que una práctica maliciosa, es un componente esencial de la interacción humana.

Se ha demostrado que en las conversaciones —un fenómeno exclusivamente humano—, dos terceras partes del tiempo se dedican a temas sociales, la mayoría de los cuales pueden considerarse chismes. Por ello, Dunbar le asigna un papel clave en la cohesión y funcionamiento de las sociedades humanas.

Los primates y el origen del cotilleo

En su teoría, el Dr. Dunbar explica que entre los primates el ‘acicalado social’ (allogrooming en inglés) cumple funciones más sociales que higiénicas: crea vínculos, disminuye tensiones y establece jerarquías.

El lenguaje humano habría evolucionado para facilitar la cohesión de grandes grupos, y el equivalente humano del acicalado serían las conversaciones triviales, incluidos los chismes, que cumplen con funciones similares.

¿En todas las culturas está presente el chisme?

La antropóloga Nicole Hagen Hess, profesora en la Universidad Washington State (EE. UU.), sostiene que el chisme existe en todas las culturas cuando las condiciones son adecuadas.

Aunque cambie su nombre —cahuín (Chile), chimento (Argentina), chambre (Guatemala), raje (Perú), bolas (Ecuador), bochinche (Puerto Rico), cotorreo (Colombia)— su función es la misma.

El chisme como estrategia de competencia

En su estudio, la académica Hess presenta al cotilleo como un intercambio de información relevante para la reputación de un tercero o de sí mismo. Por otra parte, afirma Hess, que es posible que el chisme dirigido a la reputación no sea más que una estrategia evolucionada de competencia social para aumentar (o disminuir) el acceso a recursos materiales y sociales valiosos.

Enfocando su análisis en el ámbito empresarial, en particular en la “guerra informativa” que llevan a cabo las empresas, comprobó la hipótesis de que las coaliciones recopilan, analizan y difunden estratégicamente el chisme.

Bajo la definición dada por esta antropóloga, chismear sobre alguien no sólo es hacerlo a sus espaldas. Si hablas sobre su comportamiento o su vestimenta frente a ella, estás realizando una comunicación con los mismos propósitos (aunque no seas consciente) de establecer posiciones sociales.

¿Un efecto siempre negativo?

Un estudio de la Universidad de Dartmouth reveló que las personas que chismean juntas desarrollan un sentido de comunidad y una ‘realidad compartida’. Esto favorece la cooperación y el compromiso con metas comunes dentro del grupo, fortaleciendo los lazos y el sentido de pertenencia.

En pocas palabras: el chisme fortaleció los lazos sociales y la sensación de pertenencia en las personas investigadas.

Más que una construcción social monolítica, el chisme como fenómeno comunicacional debe ser abordado desde sus diferentes aristas: no se trata simplemente de “hablar mal de otro”, es una forma de construir (o destruir) dentro de un entramado social en el que nos desarrollamos.

Así que no se sienta mal si es chismoso: los científicos dicen que no siempre es malo (¿o sí?).

Fuente: meteored.cl

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