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Un nuevo estudio sugiere de nuevo que los ateos son más inteligentes que los creyentes

Ya sabíamos, tras analizar 63 estudios al resepcto, que la creencia en Dios se asocia con puntajes más bajos en las pruebas de cociente intelectual. Es cierto que hay personas religiosas muy inteligentes, pero de promedio, no es así.

Ahora, un nuevo estudio publicado en Frontiers in Psychology se suma a esta idea y trata de explicar la razón de ello.

El problema de la religión

Está bien establecido que la religiosidad se correlaciona inversamente con la inteligencia, pero todavía no sabemos muy bien la razón que subyace a ello.

Además, saberlo podría ser algo importante para las generaciones venideras, porque parece que la proporción de personas con creencias religiosas está creciendo: para 2050, si las tendencias actuales continúan, las personas que dicen que no son religiosas constituirán solo el 13% de la población mundial.

¿Qué podemos hacer para evitar que la humanidad se vuelva colectivamente menos inteligente? ¿Lo es porque abraza la religión o abraza la religión porque es menos inteligente?

Tal todo no sea tan desastroso, después de todo. Según el estudio mencionado, tal vez las personas religiosas tienden a confiar más en la intuición. Por lo tanto, en lugar de tener una inteligencia general deteriorada, podrían ser comparativamente pobres solo en tareas en las que la intuición y la lógica entren en conflicto, y esto podría explicar los resultados más bajos de la prueba de cociente intelectual.

Para probar esta hipótesis, los investigadores del estudio encuestaron a más de 63.000 personas online y se les hizo completar un conjunto de 12 tareas cognitivas de 30 minutos que midieron la planificación, el razonamiento, la atención y la memoria de trabajo. Los participantes también indicaron si eran religiosos, agnósticos o ateos.

Como se predijo, los ateos obtuvieron mejores resultados en general que los participantes religiosos, incluso después de controlar factores demográficos como la edad y la educación. Los agnósticos tendían a ubicarse entre los ateos y los creyentes en todas las tareas. Sin embargo, aunque los encuestados religiosos obtuvieron peores resultados en general en tareas que requerían razonamiento, solo hubo diferencias muy pequeñas en la memoria de trabajo. Las cuestiones donde debía dejarse a un lado de intuición y solo usar el razonamiento deductivo también fueron las peores para los creyentes (lo cual también puede explicar por qué los científicos abrazan menos la religión).

Si, como sugiere este nuevo estudio, la creencia religiosa predispone a las personas a depender más de la intuición en la toma de decisiones, y cuanto más fuerte es su creencia, más pronunciado es el impacto de esta dependencia, ¿qué resultado tiene esto en la vida diaria de la gente?Por el momento, no hay datos sobre ello. Pero, en teoría, tal vez el entrenamiento cognitivo podría permitir a las personas religiosas mantener sus creencias sin confiar demasiado en la intuición cuando entra en conflicto con la lógica en la toma de decisiones cotidianas.

Sería una especie de camino intermedio: por un lado respetamos las creencias irracionales de las personas y, a la vez, reforzamos las debilidades cognitivas asociadas a dicha creencia. Naturalmente, para quienes puedan sentirse ofendidos, hay que subrayar un punto importante: resulta irrelevante si Dios existe o no para contemplar este cambio social. Lo que deberíamos combatir es sencillamente son los efectos cognitivos perversos que supone defender, frente a la falta de evidencia, las creencias irracionales, ya sean en Dios como en los unicornios.

Fuente: xatakaciencia.com