Ni meteoritos ni extraterrestres, la extraña señal investigada en 2014 la provocó un objeto de lo más mundano

En 2014, la entrada de un meteorito en la atmósfera ha dado pie a diferentes teorías. Algunos han querido ver en él incluso una prueba de supuesta tecnología alienígena, nada más lejos de la realidad.

En enero de 2014, un meteorito entró en la atmósfera terrestre a la altura del océano Pacífico occidental. Un acontecimiento que despertó el interés de la comunidad científica, y que años después fue vinculado con unas vibraciones registradas al norte de Papúa Nueva Guinea. Algunos expertos, incluso, relacionaron el asunto con tecnología extraterrestre.

Ahora nuevas averiguaciones ponen en duda la conclusión a la que se llegó en 2023, y han determinado que el origen de las misteriosas ondas sísmicas tuvo un origen mucho menos espectacular.

Ni se trató de meteoritos ni de pruebas de la existencia de otras civilizaciones. Según un reciente estudio, fue un camión que circulaba por una carretera cercana el que las provocó.

Supuestos rastros extraterrestres

No es la primera vez que se piensa que un meteorito podría resolver uno de los misterios que lleva intrigando al hombre desde siempre: ¿estamos solos en el universo? Para el profesor Avi Loeb, de la prestigiosa universidad de Harvard, la respuesta está claro: hay vida inteligente en otros mundos, y lo más probable es que ya se haya puesto en contacto con la Tierra.

De hecho, este investigador resulta especialmente célebre por haber defendido teorías que, cuanto menos, han despertado la controversia entre la comunidad científica. Así sucedió cuando sugirió que el asteroide Oumuamua era una nave extraterrestre, o que en la Tierra pudo habitar una civilización avanzada anterior al ser humano, y de la que no quedan restos.

Pero quizá su hazaña más mediática tuvo que ver con la caída de un meteorito en 2014 en Papúa Nueva Guinea. Siguiendo su estela, el titular de Harvard se adentró en las profundidades del Pacífico para encontrar unas esferas que, en su opinión, bien podían haber formado parte de alguna avanzada tecnología alienígena.

A pesar de ello, otros investigadores se negaron a aceptar su teoría y entendieron que sus supuestas pruebas bien podrían tener un origen natural. Además de acusar a Loeb de desarrollar teorías bastante extraordinarias, pero sin presentar ningún tipo de prueba capaz de sostenerlas. Ahora, un nuevo estudio vuelve a poner en duda sus opiniones, y con datos precisos.

La misteriosa señal del meteorito

Expertos de la Universidad Johns Hopkins han realizado un estudio, mediante al cual han llegado a una conclusión: las vibraciones que se asociaron con la caída del meteorito a la Tierra tienen un origen muy distinto: las provocó un camión pasando por una carretera cercana. Por lo que las indagaciones de Loeb serían cuanto menos erróneas.

“La señal cambió de dirección con el tiempo, coincidiendo exactamente con una carretera que pasa por el sismómetro”, han declarado los especialistas. “Podemos mostrar que hay muchas señales como esta que tienen todas las características que esperaríamos de un camión y ninguna de las características que esperaríamos de un meteoro”.

Por lo tanto, los miembros de la Universidad Johns Hopkins lo tienen claro: Loeb está equivocado. “La ubicación de la bola de fuego estaba en realidad muy lejos de donde fue la expedición oceanográfica para recuperar estos fragmentos de meteorito”, aseguran. “No sólo utilizaron la señal equivocada, sino que estaban mirando en el lugar equivocado”.

Fuente: computerhoy.com