Muere Eugene Parker, el astrofísico que ‘tocó’ el Sol

Su investigación sobre la estrella motivó el lanzamiento de una nave con su nombre. Poco antes de la muerte de Eugene, esta logró lo impensado: entró y salió intacta de la atmósfera del Sol

Eugene Parker, un pionero astrofísico estadounidense que desarrolló un modelo matemático que predice la corriente de partículas cargadas del Sol, conocida como viento solar, murió a los 94 años, informó el miércoles la NASA.

Parker fue reconocido como un visionario que sentó las bases para el campo de la heliofísica, la ciencia que aborda las interacciones del Sol con la Tierra y el resto del sistema solar, incluido el clima espacial.

“Nos entristeció saber la noticia de que una de las grandes mentes científicas y líderes de nuestro tiempo ha fallecido”, expresó el administrador de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado.

Parker murió el martes, según la Universidad de Chicago, su hogar durante mucho tiempo.

“Gene Parker fue una figura legendaria en nuestro campo: su visión del Sol y el sistema solar se adelantó a su tiempo”, agregó Angela Olinto, decana de la División de Ciencias Físicas de la Universidad de Chicago.

El astrofísico nació el 10 de junio de 1927 en Michigan, y obtuvo una licenciatura en Física por la Universidad Estatal de Michigan, así como un doctorado en el Instituto Tecnológico de California. Posteriormente, enseñó en la Universidad de Utah, antes de establecerse en la Universidad de Chicago, en 1955.

Comenzó a estudiar la temperatura de la corona del Sol y sus cálculos mostraron que las condiciones debían liberar un flujo supersónico de partículas hacia afuera de la superficie.

Inicialmente, la idea fue recibida con escepticismo, incluso, con burlas.

“Un absoluto disparate”

“El primer revisor del artículo dijo: ‘Bueno, sugeriría que Parker vaya a la biblioteca y lea sobre el tema antes de intentar escribir un artículo al respecto, porque esto es un absoluto disparate’”, contó el propio Parker al periódico UChicago News en 2018.

Su idea recién se publicó en el Astrophysical Journal, cuando su entonces editor y futuro ganador del premio Nobel, Subrahmanyan Chandrasekhar, se dio cuenta de que no podía encontrar ningún fallo en las matemáticas de Parker, e hizo caso omiso de las objeciones de dos revisores científicos.

La teoría se demostró correcta en 1962, cuando la nave espacial Mariner II de la NASA se encontró con esa corriente de partículas o viento solar.

Los científicos ahora saben que el viento solar cubre todos los planetas, y los protege de la radiación dañina, pero también que a veces interrumpe las comunicaciones aquí en la Tierra, cuando ocurren las erupciones solares.

“Cualquiera que conociera al Dr. Parker sabía que era un visionario”, dijo Nicola Fox, directora de la división de heliofísica de la NASA.

También propuso la idea de las ‘nanollamaradas’, pequeñas explosiones que ocurren en el Sol que son responsables de que la corona sea más caliente que la superficie, algo que no podía explicarse por la física conocida en aquel momento.

Parker pasó a estudiar los rayos cósmicos, los campos magnéticos de las galaxias y un abanico de otros temas, y ganó numerosos reconocimientos, entre ellos, la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos, el Premio Kioto, el Premio Crafoord y la Medalla de la Sociedad Estadounidense de Física por Logros Excepcionales en Investigación.

Sonda solar Parker, su legado en el espacio

La sonda solar Parker de la NASA, bautizada así por Eugene Parker, fue lanzada en 2018 y orbitó el Sol a una distancia más cercana que lo que ninguna nave espacial se había aventurado anteriormente.

En diciembre de 2021, solo tres meses antes de la muerte de Eugene, la sonda Parker se adentró en la atmósfera del Sol, también llamada corona solar, y resistió cerca de 1 millón de grados Celsius (C°) antes de salir intacta y enviar datos e imágenes valiosas a la Tierra.

Ese hito fue considerado por la NASA como el primer ‘contacto’ de una nave humana con el Sol.

La sonda ya ha enviado a la Tierra una gran cantidad de datos valiosos que conducen a nuevos hallazgos sobre la meteorología del espacio y la detección de una zona sobre la que se teorizó durante mucho tiempo, donde la radiación del Sol vaporiza todo el polvo cósmico.

Fuente: AFP