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Los primeros humanos usaban fuego hace 300 mil años para forjar herramientas de piedra superiores

La práctica prehistórica de utilizar fuegos controlados para producir herramientas de piedra personalizadas se remonta a 300.000 años, según una nueva investigación. El descubrimiento afirma la sofisticación cognitiva y cultural de la especie humana en este momento.

Las herramientas de piedra horneada, que se encuentran en la cueva Qesem en el centro de Israel, son evidencia de que los primeros homínidos eran capaces de controlar la temperatura de sus fuegos y que habían tropezado con una importante habilidad de supervivencia, según una nueva investigación publicada en Nature Human Behavior.

El calentamiento del piedra a bajas temperaturas permitió un mejor control de la descamación durante el tallado. Armados con este nivel de control, los fabricantes de herramientas podrían preparar sus herramientas para aplicaciones de corte específicas. El nuevo artículo fue dirigido por el arqueólogo Filipe Natalio del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel.

Silje Evjenth Bentsen, antropóloga de la Universidad de Bergen que no participó en el nuevo estudio, dijo que el uso del fuego entre los homínidos es actualmente un tema candente en la investigación arqueológica, y por una buena razón.

“Personalmente, creo que los homínidos no podrían sobrevivir mucho tiempo en el clima frío de Eurasia sin comida caliente y un fuego cálido, pero algunos investigadores aún sostienen que el uso controlado y habitual del fuego llegó bastante tarde”, explicó Bentsen en un correo electrónico. “Si los homínidos de Qesem Cave utilizaban el fuego hace 300.000 años como tecnología y como parte de sus estrategias de producción de herramientas, es una señal de un uso avanzado del fuego. Y como tal, también podría ayudarnos a comprender cómo y cuándo los homínidos controlaban el fuego y lo usaban de manera casual en su vida diaria”.

Nuestra especie, el Homo sapiens, había emergido recientemente en África durante este período, por lo que es poco probable que fueran responsables de estas herramientas de piedra. Al mismo tiempo, varios dientes de homínido encontrados en la cueva Qesem tienen un parecido con los de los neandertales, por lo que son un candidato probable. Independientemente, tanto el Homo sapiens como los neandertales “indudablemente poseían las habilidades cognitivas necesarias para implementar el tratamiento térmico descrito en el nuevo artículo”, según Katja Douze, antropóloga de la Universidad de Ginebra que no está afiliada a la nueva investigación.

Esta técnica de fabricación de herramientas es conocida por los arqueólogos. Investigaciones anteriores sugieren que la práctica se empleó en el Levante hace entre 420.000 y 200.000 años. Trozos de piedra quemado insinuaban la práctica, pero no estaba claro si esto era solo una cosa al azar o si la gente realmente tenía el control de sus fuegos con el propósito de fabricar herramientas de piedra.

Douze dijo que la práctica de usar fuego para producir lanzas de madera se remonta a unos 400.000 años, pero “el tratamiento térmico de la piedra probablemente requirió un mayor esfuerzo técnico, especialmente para el pedernal que es muy sensible a cambios abruptos de temperatura”, dijo. Si el proceso de calentamiento no se domina bien, “la roca se rompe inmediatamente y ya no se puede utilizar”, dijo. En consecuencia, el nuevo artículo muestra que, “este dominio no solo es muy antiguo, también es complejo”.

Como evidencia de este tratamiento térmico, Natalio y sus colegas analizaron dos tipos de herramientas de pedernal encontradas en la cueva Qesem, que se sabe que ha albergado incendios en su pasado antiguo. Utilizaron un análisis químico espectroscópico y machine learning para estimar la temperatura a la que se calentaron los elementos de pedernal. Los resultados mostraron que las cuchillas se calentaron a 259 grados Celsius, que es más bajo que los copos, que se calentaron hasta 413 grados C) Las tapas de las ollas encontradas en el mismo sitio se calentaron aún más, con temperaturas que alcanzaron los 447 grados C.

Para Douze, la demostración de diferentes temperaturas de calentamiento para las hojas y las escamas fue el punto culminante del estudio.

“Esta diferencia también asegura que no hay absolutamente ninguna duda sobre el calentamiento deliberado de la piedra en este sitio”, dijo Douze. “Ahora, queda por determinar cómo estos homínidos procedieron a calentar sus bloques en el sitio y cómo manejaron las diferentes temperaturas de calentamiento”.

Las posibilidades citadas por Douze incluyen el uso de baños de arena debajo de las chimeneas en las que colocaron sus bloques, o posiblemente múltiples tipos de sistemas de calefacción necesarios para alcanzar cada una de las temperaturas requeridas.

“El uso del machine learning es un método innovador y ofrece nuevas posibilidades para estudios futuros”, dijo Bentsen. “Las muestras de pedernal se calentaron en un ambiente controlado en un horno en un laboratorio. Esto nos da una buena base para todos los cambios inducidos por el calor en la piedra”.

Inteligentemente, los autores también realizaron algo de arqueología experimental, en la que replicaron estas condiciones para probar la plausibilidad de las estimaciones de la computadora. Funcionó, como explicaron los autores en su estudio:

Estos experimentos preliminares de tallado parecen respaldar la idea de que el calentamiento controlado del pedernal a temperaturas relativamente bajas ofrece un mayor grado de control sobre la descamación y mejora la producción de cuchillas, lo que las hace más adecuadas para actividades específicas (por ejemplo, mayor eficiencia en el juego de matanza).

Esta técnica prehistórica, sin embargo, tuvo un coste, ya que habría requerido que los homínidos recolectaran constantemente combustible para el fuego, una actividad de alta energía. En consecuencia, los autores plantean la hipótesis de que la recolección de combustible se realizó para apoyar la producción de herramientas de piedra, así como las actividades cotidianas, como cocinar.

Que estos antiguos homínidos fueran capaces de esta tarea es un gran problema, como explicó Bentsen.

“La capacidad de planificar con anticipación y comprender los diferentes pasos de un proceso es una habilidad de supervivencia vital”, dijo. “Este proceso requiere muchos pasos y una planificación cuidadosa; necesita saber qué rocas calentar y reunir todas las rocas y el combustible. Debe generar suficiente calor, ni demasiado, ni demasiado frío, y comprender cuánto tiempo debe durar el fuego. Y después de calentar, las rocas deben dejarse enfriar cuidadosamente antes de usarlas o trabajar en ellas”.

Fuente: es.gizmodo.com