Los fármacos contra el envejecimiento empiezan probarse en humanos
Una candente estrategia antienvejecimiento ha llevado a cabo, casi en secreto, su primera prueba. En el ensayo, realizado a principios de este año, 14 voluntarios con enfermedades pulmonares recibieron medicamentos destinados a eliminar células viejas y tóxicas de sus cuerpos.
Este pequeño estudio se considera el primer intento de usar fármacos «senolíticos» (medicamentos para eliminar las células tóxicas y envejecidas, o senescentes, del cuerpo humano). Algunos investigadores creen que esta estrategia se podría aplicar en personas sanas para retrasar el envejecimiento. El profesor de la Clínica Mayo James Kirkland, quien ayudó en la gestión de la prueba, realizada desde 2016 en clínicas de Texas (EE.UU.) y en la Universidad de Wake Forest, afirma: «Hasta cierto punto, nos da luz verde para pasar a ensayos más grandes».
Los pacientes tomaban dos fármacos que Kirkland y sus colegas creían capaces de eliminar selectivamente las células envejecidas: el medicamento contra la leucemia Dasatinib y un suplemento alimenticio llamado Quercetina.
Todavía estamos en los primeros días de los medicamentos destinados a reducir el envejecimiento, y algunos han suspirado de alivio al ver que los pacientes de este primer estudio no han sufrido efectos secundarios graves por tomar estos fármacos. La profesora del Instituto Buck para la Investigación sobre el Envejecimiento en Novato (EE.UU.) Judith Campisi afirma: «Estoy preocupada porque no deberíamos actuar demasiado rápido. Si ocurre algún error o algo que no entendamos, todo el campo podría retroceder».
Pero esta fue una prueba piloto que ni siquiera entra en la categoría de ensayo clínico en fase I, la primera de las tres pruebas necesarias para obtener la aprobación de los organismos reguladores. Por eso, oficialmente, no ha demostrado nada sobre el envejecimiento.
Los 14 pacientes sufrían una enfermedad pulmonar mortal muy difícil de tratar llamada fibrosis pulmonar idiopática, lo que explica su disposición a participar en el experimento. Los médicos descubrieron que nueve dosis de las dos píldoras durante tres semanas parecían mejorar su capacidad de caminar un poco más durante el mismo tiempo y varias otras medidas de bienestar.
Se ha creado una burbuja de entusiasmo comercial en torno la idea de que podrían crearse fármacos capaces de posponer el envejecimiento o atenuar sus efectos. Una compañía llamada Unity Biotechnology está desarrollando dos medicamentos senolíticos, uno de los cuales está en un ensayo clínico en fase 1 contra la osteoartritis: se inyecta en las rodillas de las personas. Campisi es cofundadora de Unity, y Kirkland también tiene acciones en esta empresa pública, que actualmente está valorada en casi 444 millones de euros.
Estos medicamentos se dirigen a las células senescentes, que han perdido su capacidad de dividirse pero siguen siendo capaces de diseminar una potente mezcla de señales químicas. «Se cree que estas células y las sustancias que producen influyen en el proceso de envejecimiento. La idea es que eliminar estas células podría contribuir a un envejecimiento saludable y también para prevenir enfermedades del envejecimiento», afirma el director del Instituto para los Estudios de Longevidad y Envejecimiento Sam y Ann Barshop de la Universidad de Texas Nicolas Musi, quien participó en este nuevo estudio (ver Eliminar las células viejas del cuerpo aumenta un 25 % la vida en ratones).
En la fibrosis pulmonar idiopática, las células senescentes se acumulan en los pulmones. En las previas pruebas en ratones, se demostró que una combinación de Dasatinib y Quercetina, que es un pigmento vegetal, eliminaba esas células y prolongaba el tiempo en el que los animales permanecieron sanos (aunque les alargó la vida).
«Eso es solo una pequeña parte de todo lo que podría suceder si lo hacemos en los humanos», sostiene Kirkland. Aunque advierte a los entusiastas del antienvejecimiento que no tomen las píldoras por su cuenta: «Cuando pasamos de los ratones a las personas, ahí es donde las cosas pueden salir mal. Las personas simplemente no deben tomar estos medicamentos fuera del contexto de un ensayo clínico supervisado».
Pero no todo es malo en torno a las células senescentes. Se cree que estas células y sus secreciones son importantes durante el desarrollo de los embriones, en el momento del parto, y en la curación de heridas y la formación de las cicatrices. Campisi sentencia: «Nunca se deberían administrar senolíticos a una mujer embarazada. Ahora está claro que estas secreciones son necesarias para que ocurran algunas cosas positivas. Cuando las secreciones se vuelven crónicas en lugar de periódicas o episódicas, es cuando empieza la patología».
Los investigadores están comenzando sus pruebas en personas con enfermedades graves, pero con el tiempo esperan analizar los senolíticos podrían administrarse a personas sanas, algo como una limpieza dental semestral para eliminar la placa. La científica imagina: «Se reduciría la carga de las células senescentes, pero no se tendrían que eliminar del todo. Y ya no haría falta seguir usando esos fármacos».
Musi dice que Kirkland, sus colaboradores y él han empezado un ensayo en otros 15 pacientes con enfermedad pulmonar, y el equipo de Mayo está probando una combinación de medicamentos en 20 pacientes con enfermedad renal crónica. Kirkland concluye: «Si comprobamos su eficacia y no encontramos efectos secundarios muy graves, intentaremos llegar a las personas que no sufran enfermedades potencialmente mortales. Si todo va bien».
Fuente: technologyreview.es