Las plantas podrían señalarnos la ubicación de cadáveres

De las granjas de cadáveres a los detectives de plantas. Los botánicos forenses quieren averiguar si esto sería posible

La idea de que las plantas nos hablen de los muertos ciertamente suena a película de terror pero, si bien esto puede parecer ficción, lo cierto es que, en ocasiones, las personas mueren en lugares poco habituales, como un desierto, un bosque o incluso durante un conflicto bélico. En muchas ocasiones, el cuerpo jamás se recupera y los seres queridos no consiguen despedirse de sus familiares. Más aún: si se trata de un caso de asesinato o genocidio, los responsables quedan impunes al no poder recuperar el cuerpo de la víctima.

¿Detectives de plantas?

Desde 1980, el Centro de Antropología Forense de la Universidad de Tennessee (EEUU) ha sondeado las profundidades de la ciencia más macabra: la descomposición de los cuerpos humanos. Conocido coloquialmente como BodyFarm, en este campo los científicos examinan cómo se descomponen los cadáveres donados, de forma tal que observan que los microbiomas dentro de nosotros se vuelven locos después de la muerte…

¿Y si esa explosión de nutrientes cambiase el color y la reflectancia de las hojas de un árbol? Y, de ser así, ¿qué pasaría si las autoridades policiales pudieran usar un dron para escanear un bosque, buscando estos cambios para encontrar personas desaparecidas fallecidas?

Ahora, un equipo de científicos publica en la revista Trends in PlantScience, la posibilidad de utilizar la cubierta de árboles y las propias plantas en misiones de recuperación de cadáveres, al detectar cambios en la química de la planta como señales de restos humanos cercanos. Aunque el impacto de la descomposición humana en las plantas aún no se ha explorado a fondo, los investigadores describen los pasos necesarios para hacer que la recuperación del cuerpo utilizando la vegetación sea una realidad.

«En paisajes abiertos más pequeños, las patrullas a pie podrían ser efectivas para encontrar a alguien desaparecido, pero en partes más boscosas o traicioneras del mundo como el Amazonas, eso no será posible», comenta Stewart, coautor del trabajo. Eso sí, en los bosques, que suelen ser lugares donde hay más posibilidad de perderse o donde los asesinos buscan ocultar pruebas, es otra cosa.

«Esto nos llevó a considerar las plantas como indicadores de la descomposición humana, lo que podría conducir a una recuperación corporal más rápida y posiblemente más segura», aclara Stewart.

Necrobioma

Y es que a medida que un mamífero de gran tamaño, como puede ser un ser humano, se descompone en un bosque, este proceso transforma el suelo de varias maneras. El «necrobioma» del cuerpo, todas las bacterias que ya estaban en él cuando estaba vivo, se replican velozmente en ausencia de un sistema inmunológico. Este necrobioma se mezcla con los microbios de la tierra.

“El microbioma del suelo cambiará y, por supuesto, las raíces de las plantas también sentirán algunos cambios; pero realmente no sabemos cuáles son esos cambios», continúa el experto.

«El resultado más obvio sería una gran liberación de nitrógeno en el suelo, especialmente en el verano cuando la descomposición ocurre más rápido», dice. Las plantas alimentadas con una dieta alta en nitrógeno producen más clorofila y por lo tanto tienen hojas más verdes.

¿Será este el camino a seguir?

Los investigadores han comenzado el proceso de estudiar los espectros de luz reflejados en las plantas que crecen en la granja de cadáveres de la Universidad de Tennessee para ver si hay diferencias notables basadas en la cercanía de las plantas con los cuerpos. Incluso proponen que ciertas plantas, particularmente las especies invasoras, podrían tener más probabilidades de florecer donde hubiese fallecido un ser humano.

De todas formas, todo esto sigue siendo una teoría. Los científicos están empezando a recopilar datos sobre cómo las plantas podrían responder a los cadáveres humanos, pero indagar acerca de esta posibilidad, contando con la tecnología, parece bastante interesante para el mundo forense. Aún habrá que esperar varios años para poder usar plantas como herramientas de búsqueda en misiones de recuperación corporal. Pero, mientras tanto, un equipo de botánicos, antropólogos y científicos del suelo ya están inmersos en su investigación en la granja de cuerpos, diseñando su primer conjunto de experimentos de plantas y cadáveres.

Fuente: republica.com.uy