Las moscas de la fruta: la clave para entender las adicciones humanas
El genoma completo de la mosca de la fruta, publicado en el año 2000, reveló sorprendentes correspondencias genéticas con nuestra especie, convirtiéndola en un aliado indispensable para estudiar enfermedades humanas
La XIII Semana Internacional del Cerebro, celebrada en la Facultad de Ciencias (FC), ha servido como un escaparate para investigaciones de vanguardia.
Entre estas, destaca el uso de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) como modelo para comprender los mecanismos de las adicciones humanas, un tema que promete revolucionar el entendimiento de estas condiciones.
Patricia Ramos Morales, profesora e investigadora de la FC, inauguró el evento con su conferencia titulada “¿Una mosca desarrolla adicción?”. La experta detalló cómo estas pequeñas criaturas pueden proporcionar respuestas clave sobre los circuitos neuronales y genéticos que subyacen a la adicción.
La Drosophila melanogaster ha sido utilizada como modelo de investigación desde hace décadas, gracias a su similitud genética con los humanos y su capacidad para responder a diversos estímulos en tiempo récord.
Su genoma completo, publicado en el año 2000, reveló sorprendentes correspondencias genéticas con nuestra especie, convirtiéndola en un aliado indispensable para estudiar enfermedades humanas.
“Es un organismo noble que nos regala mucha información de manera fácil y económica”, afirmó Ramos Morales. “Al compartir aspectos de nuestra dieta y entorno, actúa como un centinela que puede alertar tempranamente sobre factores de riesgo para la salud humana”.
Adicciones en el reino animal
Aunque parezca sorprendente, las moscas de la fruta también pueden desarrollar adicciones. Experimentos revelaron que estos insectos pueden preferir sustancias como el alcohol, incluso por encima de sus necesidades básicas, como alimentarse o reproducirse. Por ejemplo, las moscas sometidas a una combinación de sustancias amargas y alcohol aprenden a superar el desagrado inicial para obtener su recompensa, mostrando un comportamiento característico de una adicción.
“Cuando una mosca desatiende funciones esenciales como comer o copular en favor del consumo de alcohol, estamos frente a una adicción”, explicó Ramos Morales. Este fenómeno también se ha observado en abejas, donde las adicciones tienen un impacto social, algo comparable con los seres humanos.
Hacia una comprensión más profunda de las adicciones humanas
El objetivo final de estas investigaciones es identificar el “circuito mínimo” de las adicciones: los genes y conexiones neuronales esenciales que impulsan este comportamiento. Según Ramos Morales, dilucidar estos mecanismos podría abrir la puerta a nuevas estrategias para combatir la dependencia en humanos.
Además de las conferencias, la Semana Internacional del Cerebro ha ofrecido talleres, actividades lúdicas y visitas a laboratorios, fomentando un acercamiento entre la ciencia y la sociedad. “Es crucial que la comunidad comprenda la relevancia de estas investigaciones y su potencial para mejorar la calidad de vida de las personas”, destacó Pilar Durán Hernández, organizadora del evento.
El futuro de la ciencia en pequeños cuerpos
Con su capacidad para modelar enfermedades humanas, las moscas de la fruta están demostrando ser más que simples insectos. Son herramientas poderosas que podrían ayudarnos a resolver uno de los mayores desafíos de la salud pública: las adicciones. Gracias a iniciativas como la Semana Internacional del Cerebro, estas investigaciones ganan visibilidad y nos acercan un paso más a entender la complejidad del cerebro humano.
Fuente: debate.com.mx