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Las grandes ciudades se están hundiendo por su colosal peso

Las grandes ciudades se están hundiendo por su colosal peso

El enorme peso de las grandes ciudades está provocando su lento hundimiento, mientras el nivel del mar sigue incrementándose y los problemas ambientales se multiplican. Es urgente realizar mediciones sobre este hundimiento e incorporar los datos a modelos integrales de riesgo que intenten mitigar las consecuencias del cambio climático.

Las ciudades no solamente deben sobrellevar agudas problemáticas ambientales y soportar el aumento en el nivel del mar, sino que también se están hundiendo poco a poco debido a su colosal peso. Un estudio realizado por un especialista del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS) muestra la importancia de medir el nivel de hundimiento y tenerlo en cuenta en los modelos de riesgo que buscan enfrentar los efectos del cambio climático.

Según establece el geofísico Tom Parsons, científico del USGS que ha publicado recientemente un estudio en la revista AGU Advances analizando el caso de la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos, los grandes desarrollos urbanos podrían estar afectando y deprimiendo la superficie real de la Tierra.

Parsons sostiene en su investigación que las poblaciones globales se mueven desproporcionadamente hacia las costas. De acuerdo a un artículo publicado en Science Alert, esto genera un hundimiento adicional, que se combina con el aumento esperado del nivel del mar e incrementa notablemente el riesgo de inundaciones y otras catástrofes ambientales.

Cada vez más pesadas

El especialista efectúo un exhaustivo inventario de todos los edificios de San Francisco y su contenido, con el propósito de calcular el peso de toda la urbe y sus alrededores. Las conclusiones son alarmantes: el peso de la ciudad estadounidense, que tiene una población de casi 8 millones de habitantes, equivale aproximadamente a 8,7 millones de aviones Boeing 747.

La comparación es escalofriante, si tenemos en cuenta que uno solo de estos aviones pesa alrededor de 183.500 kilogramos. Esto significa que el peso total del área de la Bahía de San Francisco alcanza aproximadamente los 1,6 billones de kilogramos. Con el paso del tiempo, este peso sería suficiente para doblar la litósfera o capa externa de la Tierra en el área que ocupa la urbe, según el científico estadounidense.

Teniendo en cuenta además que a lo largo de su crecimiento la ciudad ha registrado un hundimiento en torno a los 80 milímetros y que se prevé para 2050 un incremento en el nivel del mar que rondará los 300 milímetros, no hay lugar para más dudas: la situación es preocupante.

A nivel global

Pero lo más alarmante es que no se trata de un caso aislado. Por el contrario, otras ciudades en distintas partes del mundo podrían estar atravesando procesos similares. Solamente advirtiendo que la población de San Francisco es inferior a la de muchas capitales o grandes ciudades del planeta es posible dimensionar en parte la gravedad del problema.

El mayor riesgo se encuentra en las urbes localizadas en los márgenes continentales, porque en esas zonas la carga o peso de las ciudades puede afectar en mayor medida a la capa externa de la Tierra. En los interiores continentales, en cambio, dicha capa se presenta con una composición más rígida y gruesa.

Por si esto fuera poco, la población urbana sigue en aumento. Por ejemplo, en un informe de la Organización para las Naciones Unidas (ONU) de 2018 se sostiene que en 2050 el 66% de la población mundial vivirá en las grandes ciudades, un porcentaje que en 2015 llegaba al 54%.

Esto supone el ingreso de 2.400 millones de nuevos habitantes al entorno urbano, una cifra que claramente nos indica cómo podría aumentar de la misma forma el peso de las urbes, teniendo en cuenta los recursos, infraestructuras y redes de transporte que requerirá dicho aumento poblacional.

Modelos de gestión

El científico estadounidense concluye en su estudio que es urgente integrar esta problemática en el desarrollo de modelos de riesgo orientados a afrontar los efectos del cambio climático y del impacto de la actividad humana sobre el ambiente.

Sugiere además la realización de estudios más profundos sobre la porosidad del suelo en las ciudades y el análisis de fotografías aéreas o satelitales que permitan determinar las zonas de mayor peligro ante posibles inundaciones.

Fuente: tendencias21.levante-emv.com

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