Las diez personas más relevantes para la ciencia en 2022, según la revista ‘Nature’
En la selección anual de personajes imprescindibles de la revista científica británica hay hombres y mujeres que han abierto nuevas vías en la exploración del universo, los trasplantes, la lucha contra la covid-19 y el cambio climático
Como cada mes de diciembre, Nature ha publicado el top ten de personalidades relevantes en ciencia de 2022. “En un año repleto de crisis y descubrimientos asombrosos, la lista de los 10 de este año incluye a una astrónoma que ayudó a abrir una ventana a los confines del universo, a investigadores que desempeñaron un papel fundamental en la lucha contra la pandemia de la covid-19 y del brote de monkepox, y a un cirujano que superó los límites del trasplante de órganos”, afirma Rich Monastersky, redactor jefe de la revista británica.
Jane Rigby
Exploradora del universo con el James Webb
Esta astrónoma estadounidense del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, en Greenbelt (Maryland), ha desempeñado un papel fundamental en la puesta en órbita y el funcionamiento del telescopio espacial James Webb ( JWST), que ofrece nuevas y extraordinarias posibilidades para estudiar el universo.
Rugby se unió al proyecto en 2010. Parte de su trabajo consistía en encontrar la manera de restablecer las capacidades que se habían ido reduciendo a medida que se disparaba el presupuesto.
Doce años más tarde, el día del lanzamiento todo se desarrolló como el equipo había ensayado una y otra vez. La astrónoma recuerda haber oído: “Hay corriente en el conjunto”, una vez que el telescopio se había separado de su cohete y extendido sus paneles solares para generar energía. “Es difícil imaginar cuánta alegría había en esa frase”, dice.
Así comenzaron cinco meses de puesta en servicio del telescopio. Rigby tuvo un papel clave, entre otras cosas, en la medición y comprensión de la luz de fondo que se filtra en las observaciones del JWST porque el telescopio no está encerrado en un tubo, como el Hubble.
Rigby, que se define como queer, hizo públicas las buenas noticias en el primer artículo sobre resultados científicos del JWST. Esa semana estuvo en la Casa Blanca para presentar las primeras y espectaculares imágenes del telescopio junto al presidente Joe Biden.
Yunlong Cao
El predictor de nuevas variantes del SARS-CoV-2
Durante el tercer año de la pandemia de COVID-19, este investigador genómico de la Universidad de Pekín ha ayudado a seguir la evolución del virus SARS-CoV-2 y ha predicho algunas de las mutaciones que están alimentando el surgimiento de nuevas variantes.
Cuando regresó a China a finales de 2019 desde EE UU, esperaba seguir avanzando en su investigación doctoral sobre genómica unicelular. Pero poco después de instalarse en su puesto de investigador asociado en la Universidad de Pekín, estalló la pandemia de la covid y el confinamiento.
Ante la perspectiva de dejar de trabajar, Cao se dio cuenta de que los métodos en los que se había especializado podían utilizarse para estudiar los anticuerpos desencadenados por la infección con el SARS-CoV-2. “Nunca pensé que me dedicaría a la inmunología y la virología”, dice Cao.
Su equipo predijo las mutaciones clave que definirían muchas de las variantes que circulan actualmente, estudiando los anticuerpos de personas que se habían recuperado de la enfermedad.
Ahora, mientras los científicos observan cómo una nueva oleada de covid-19 recorre el planeta —alimentada por una caótica mezcla de variantes del SARS-CoV-2, descendientes de ómicron—, el trabajo de Cao “ofrece un rayo de esperanza para mantenerse medio paso por delante de la salvaje evolución del virus”, dice Nature.
Saleemul Huq
El revolucionario del cambio climático
Este investigador del clima de Bangladesh ha logrado que se obligue a los países ricos a pagar por las pérdidas y perjuicios del cambio climático.
En las últimas horas antes de la clausura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada el mes pasado en Egipto, los delegados, agotados, se desplomaban en los sofás fuera de las salas de reuniones oficiales. Pero no Saleemul Huq, que estaba sentado erguido, comprobando rápidamente los mensajes de su teléfono.
Aún no se había acordado el texto final de la reunión. Pero Huq dijo a Nature que confiaba en que los negociadores de los gobiernos del mundo que asistían a la conferencia acordaran un nuevo tipo de fondo para el clima: uno que cubriera los costes de las “pérdidas y daños” sufridos por los países más vulnerables frene al cambio climático. “No se preocupen —dijo— está en la cartera”.
Y así fue. El acuerdo final firmado en Sharm El-Sheikh incluye el compromiso de crear un fondo de pérdidas y daños para ayudar a los países con menores ingresos a hacer frente a los efectos de la crisis climática. Esta disposición es la culminación de una campaña de casi 30 años para conseguir que los principales emisores de carbono del mundo reconozcan que tienen alguna responsabilidad financiera con los países de bajas emisiones que se enfrentan a la devastación a medida que las temperaturas siguen subiendo. Desde hace más de una década, el líder oficioso de ese movimiento es Huq, biólogo de plantas que ahora dirige el Centro Internacional para el Cambio Climático y el Desarrollo de Dhaka (Bangladesh).
Svitlana Krakovska
La voz de Ucrania frene a la crisis climática
La jefa de la delegación ucraniana en el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, ha representado enérgicamente a su país en la escena internacional y ha vinculado la actual invasión rusa a la dependencia de la humanidad de los combustibles fósiles.
En la mañana del jueves 24 de febrero, Krakovska pudo oír cómo caían misiles en zonas cercanas de Kiev mientras estaba sentada en su apartamento asistiendo a una videoconferencia con representantes de 93 países. Los delegados de la reunión del IPCC estaban ultimando su esperado informe sobre las repercusiones del calentamiento del planeta.
Los bombardeos obligaron a Krakovska a abandonar gran parte de la reunión del IPCC; con su marido y sus cuatro hijos, estaba haciendo preparativos para sobrevivir a la guerra. Pero después de deliberar durante tres días, y a pesar de ser “bastante tímida”, decidió hablar en la sesión plenaria de clausura. “Estaba muy enfadada”, dice.
“Este cambio climático inducido por el hombre y la guerra contra Ucrania tienen conexiones directas y las mismas raíces: son los combustibles fósiles y la dependencia de la humanidad de ellos”, dijo a los delegados. “La facilidad para recibir energía de la quema de carbón, petróleo y gas ha cambiado el equilibrio de poder en el mundo humano”.
La respuesta fue abrumadora. Delegación tras delegación expresaron su solidaridad con Ucrania, incluido el representante de Rusia, Oleg Anisimov, que pidió disculpas por el ataque.
Dimie Ogoina
El vigilante de la viruela del mono
Este médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad del Delta del Níger en Amassoma (Nigeria), proporcionó información clave para combatir el brote de monkeypox, gracias a su trabajo sobre la enfermedad en Nigeria.
Cuando Ogoina se enteró en mayo de que la viruela del mono se estaba extendiendo por todo el mundo, tuvo una cierta sensación de déjà vu. El virus había aparecido en su país natal, Nigeria, en 2017 por primera vez en casi 40 años y provocó más de 700 casos confirmados y sospechosos.
Durante ese brote, Ogoina fue el primero en diagnosticar a alguien con un caso confirmado de la enfermedad, que fue rebautizada mpox por la OMS para reducir el estigma.
Al igual que el brote actual, que ya ha causado más de 82.000 infecciones y 65 muertes en todo el mundo, la epidemia nigeriana de 2017 parecía concentrarse en las zonas urbanas y entre los hombres adultos jóvenes y de mediana edad.
Esto era diferente de los patrones de transmisión anteriores del mpox, que normalmente aparecía en zonas rurales y en niños, a menudo como resultado del contacto con animales salvajes infectados.
Ogoina fue fundamental para detallar la propagación del patógeno en Nigeria. En 2019, basándose en estas pruebas, él y sus colegas argumentaron que el virus podía propagarse a través del contacto sexual entre personas de forma mucho más eficiente de lo que se pensaba.
Lisa McCorkell
Activista frente a la covid persistente
Esta investigadora estadounidense, que padece covid de larga duración, ha contribuido a aumentar la sensibilización y la financiación de la investigación sobre esta enfermedad como miembro fundador de Patient-Led Research Collaborative.
Durante este año, a pesar de que la pandemia ha desaparecido de la agenda de muchos países, la colaboración ha seguido aumentando el número de sus miembros y su impacto. Ha creado un fondo de 4,8 millones de dólares para proyectos de investigación.
McCorkell ha contribuido a dar forma a estudios fundamentales sobre la covid prolongada; el año pasado testificó ante el Congreso de EE UU sobre las necesidades de las personas con esta enfermedad. “Intentamos situar a los pacientes en el centro de las investigaciones”, afirmal “Hacemos que ellos determinen cuáles son nuestras prioridades de investigación y tomen la decisión final sobre el destino de los fondos”.
El enfoque de la colaboración resulta especialmente adecuado para la covid persistente. Desde el principio, los pacientes han tenido que abogar a menudo por su propia atención médica y diseñar sus propios regímenes de tratamiento. La confusión y el miedo producían mucho aislamiento, dice.
Diana Greene Foster
Investigadora sobre el aborto
Esta demógrafa de la Universidad de California en San Francisco ha aportado datos cruciales sobre el impacto de la decisión del Tribunal Supremo de EE UU de anular la resolución legal del país sobre el acceso al aborto.
Foster se encontraba en la conferencia anual de la Federación Nacional del Aborto en Orlando, Florida, cuando se filtró un borrador de decisión que revelaba la intención del Tribunal Supremo de EE UU de anular Roe vs. Wade en mayo. “Mi teléfono estalló”, dice.
La decisión no fue del todo inesperada. De hecho, la investigadora estaba tan preocupada por la posibilidad de que el tribunal socavara la histórica sentencia de 1973 que protegía el acceso al aborto, que ya había empezado a planificar un estudio para analizar las repercusiones de la decisión en los estados con más probabilidades de prohibir el aborto.
Foster se dio cuenta de que el proyecto de decisión no mencionaba la gran cantidad de estudios sobre los resultados del aborto que ella y otras personas ya habían presentado al tribunal, y se comprometió a garantizar que las pruebas científicas formaran parte del debate.
Durante más de dos décadas, Foster ha estudiado el acceso a los anticonceptivos y la eficacia de los programas de planificación familiar. Pero el trabajo por el que es más conocida analiza el impacto del aborto —o de la denegación del mismo— en la salud mental, física y económica de una persona. Conocido como el estudio Turnaway, se inspiró en un comentario que recuerda haber oído de un médico que realizaba abortos en 2006: “Me pregunto qué les pasa a las mujeres que rechazamos”.
A través de más de 50 artículos revisados por expertos, el estudio ha demostrado que abortar no perjudica la salud ni el bienestar de la mujer. Sin embargo, su denegación tiene consecuencias económicas y sanitarias negativas y daña a las familias.
Las mujeres a las que se deniega un aborto tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, criar solas a sus hijos y sufrir complicaciones potencialmente mortales relacionadas con el nacimiento de ese hijo.
António Guterres
El diplomático de las crisis
Entre los nombres clave de las diez personalidades de Nature de este año, está también el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, que, según la revista, ha actuado como la conciencia del mundo, abogando por que las naciones se enfrenten a crisis como la invasión de Ucrania y el cambio climático.
El antiguo primer ministro portugués dirigió unas duras palabras a los líderes mundiales reunidos en noviembre en la cumbre de la ONU sobre el clima. “Estamos en una autopista hacia el infierno climático y seguimos pisando el acelerador”, dijo al inicio de la reunión en Egipto.
Su mensaje fue igual de contundente cuando las negociaciones concluyeron sin avances adicionales significativos hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. “Nuestro planeta sigue en urgencias”, dijo a los delegados.
Durante la actual invasión rusa de Ucrania, las hostilidades han impedido el envío de millones de toneladas de grano de ambos países, que normalmente representan al menos el 30% de todo el trigo, la cebada, el maíz y el aceite de girasol exportados a los mercados mundiales.
En colaboración con socios externos, Guterres y otros funcionarios de la ONU ayudaron a entablar negociaciones políticamente delicadas para establecer un corredor protegido para los envíos de grano. La Iniciativa de Granos del Mar Negro se firmó en Estambul (Turquía) el 22 de julio.
Las audaces declaraciones públicas que sirven de voz de la conciencia de la humanidad se han convertido en un rasgo característico de Guterres, dice Nature.
Muhammad Mohiuddin
Pionero en xenotrasplantes
Este cirujano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland (Baltimore) ha hecho historia al codirigir el equipo que ha trasplantado a un ser humano el primer corazón de cerdo modificado genéticamente.
En una noche nevada de enero de este año, Mohiuddin decidió quedarse a domrmir en su despacho de la universidad para no arriesgarse. Si el tiempo empeoraba, el cirujano de trasplantes temía perderse una intervención histórica programada para la mañana siguiente: el primer trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente a un ser humano.
La operación supondría la culminación de décadas de trabajo de Mohiuddin y otros, que pretenden establecer el cerdo como fuente de órganos para las personas que esperan un trasplante.
El xenotrasplante (término se usa para denominar a los trasplantes de órganos de animales a personas) le fue realizado a David Bennett Sr, un estadounidense de 57 años que sufría una cardiopatía terminal.
Aunque Bennett murió dos meses después de la operación, sobrevivió más de lo que nadie esperaba, incluido Mohiuddin. “Viví y morí con ese paciente”, dice. “Quería que viviera para siempre, eso lo llevaba en el corazón, pero en mi cabeza sabía que sería un milagro”.
Mohiuddin está dispuesto a realizar más xenotrasplantes cardíacos de urgencia y espera iniciar ensayos clínicos de mayor envergadura, pero no está claro cuándo.
Alondra Nelson
Impulsora de la ciencia abierta
Esta socióloga asumió el cargo de directora interina de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de EE UU en febrero y ha ayudado a la administración de Joe Biden a desarrollar elementos como las nuevas directrices sobre ciencia abierta.
Nelson ha dirigido iniciativas en materia de integridad científica y ha trabajado en el Plan para una Declaración de Derechos de la Inteligencia Artificial (IA), publicado en octubre, que establece principios básicos para promover la equidad racial y social, mejorar la transparencia y proteger la privacidad en las tecnologías de IA.
También ha dirigido la mayor —y más controvertida— directriz científica de la Administración de Biden hasta la fecha, un llamamiento a todas las agencias federales para que garanticen que la investigación que financian sea plenamente accesible al público en el momento de su publicación.
Fuente: SINC