La ropa de un astronauta debe ser técnicamente perfecta, lo necesario para la comodidad y seguridad de los técnicos y astronautas de alto nivel que operan en la prestigiosa Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, NASA. Para ello, la agencia espacial confía en las detallistas y delicadas manos artesanales de los pobladores del sur de México, más exactamente en Yucatán, donde en una fábrica en el Parque Industrial de Valladolid, artesanos locales fabrican todo tipo de uniformes, botas, chamarras, batas, entre otras prendas cuyo destino es la agencia espacial estadounidense. Los detalles del insólito origen de estos insumos de la industria aeroespacial fueron publicados en el diario El Universal.
Instalado, hace menos de un año, en el Parque Industrial de Valladolid (Yucatán), el Grupo Alsico Promex ha capacitado a sus trabajadores para manejar maquinaria de tecnología avanzada. La empresa cuenta con acceso a telas tecnológicas del mercado internacional.
La empresa está respaldada con una inversión de 52 millones de pesos. El 90% del capital proviene de Bélgica y el 10% restante de inversionistas mexicanos. Hasta el momento ocupa alrededor de 400 empleados para cubrir su demanda de productos, pues no solo confecciona para la NASA; otro de sus principales compradores es Europa.
Calidad innegociable
La labor de cada trabajador debe ser precisa pues el más mínimo error dentro del proceso representa una prenda sin correcciones que debe ser desechada. Esto representaría pérdidas para la compañía.
El diario mexicano informa que los trajes que se realizan por encargo para la NASA son producidos para técnicos y científicos que laboran dentro de la plataforma o áreas reservadas de la compañía estadounidense, responsable del programa espacial civil, así como de la investigación aeronáutica y aeroespacial.
Para elaborar los trajes de la agencia cuentan con un riguroso plan de supervisión que evita fallas. Algunos de los lineamientos que la dependencia les ha pedido son, por ejemplo, trabajar con tela “cleaning room”, que ninguna prenda contenga electricidad estática o que pueda acumular un exceso de esta carga, esto para que el producto se aislante, y además, no deben tener hilos sueltos ni desprendimientos.
El mencionado grupo también se encarga de elaborar ropa para laboratorios internacionales, como Pfizer, en donde las prendas deben ofrecer protección ante todo tipo de químicos. También, producen trajes con la capacidad de convertirse en cenizas al contacto con el fuego, sin adherirse a la piel. Además generan indumentaria para guardabosques, personal de protección civil y personas que trabajan con altas temperaturas. Los encargados de la empresa planean expandirse a otros municipios y posiblemente ampliar su mercado a la industria hotelera.
Fuente: nmas1.org