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La recuperación de ADN antiguo desvela los misterios del pasado profundo

Abre nuevas posibilidades para descubrir aspectos ocultos de las poblaciones humanas más antiguas

Científicos de distintos países extrajeron con éxito ADN antiguo de una colección de bloques de sedimentos preparados hace 40 años, de sitios arqueológicos en África, Asia, Europa y América del Norte que concentran una parte importante del pasado más remoto de la Tierra.

Una investigación realizada en el Instituto Max Planck, que contó con la colaboración de especialistas de otros centros académicos de Alemania, Australia, Portugal y Rusia, hizo posible la recuperación de ADN antiguo de sedimentos extraídos hace cuatro décadas de importantes sitios arqueológicos distribuidos por todo el planeta. La información obtenida permitirá revelar datos desconocidos hasta hoy de las poblaciones humanas y animales más antiguas.

Según una nota de prensa, la recuperación de ADN antiguo humano y de fauna de sedimentos ofrece nuevas y emocionantes oportunidades para investigar la distribución geográfica y temporal de humanos antiguos y otros organismos, en áreas donde sus restos esqueléticos son raros o ausentes.

Vale recordar que el ácido desoxirribonucleico, conocido mayormente por las siglas ADN, es un ácido que contiene las instrucciones genéticas utilizadas en el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos, como así también de algunos virus. Al mismo tiempo, es responsable de la transmisión hereditaria.

Una nueva ventana al pasado

El análisis de ADN antiguo conservado en sedimentos es una tecnología emergente, que permite detectar la presencia pasada de humanos y otros animales en áreas de trascendencia arqueológica. Un sedimento es un material sólido acumulado sobre la superficie de la Tierra, derivado de acciones relacionadas con múltiples fenómenos y procesos con impacto en el ambiente.

Los sedimentos pueden permanecer estables durante largos períodos, incluso millones de años, hasta consolidarse en rocas: de esta forma, ofrecen una inmejorable oportunidad para obtener datos del pasado remoto del planeta. Sin embargo, hasta hace pocos años los sedimentos en los que están incrustados los hallazgos arqueológicos eran considerados subproductos sin importancia de las excavaciones.

Gracias al desarrollo de nuevas tecnologías, se ha demostrado que los sedimentos pueden contener biomoléculas antiguas, incluido el ADN. En consecuencia, han pasado de ser un elemento secundario a un componente principal de las investigaciones, permitiendo incluso la revalorización de áreas arqueológicas de las cuales supuestamente ya se había extraído toda la información posible.

Con un pequeño cubo de sedimentos

Ahora, el nuevo estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) muestra la recuperación de ADN antiguo de zonas de gran valor histórico, localizadas en África, Asia, Europa y América del Norte. Los bloques de sedimentos intactos, que habían sido retirados de los sitios arqueológicos décadas atrás, se llevaron al laboratorio y se dividieron en secciones, con el objeto de obtener imágenes microscópicas y realizar un análisis genético.

El potencial de esta técnica promete grandes descubrimientos a futuro. Por ejemplo, el líder de la investigación, Diyendo Massilani, pudo recuperar cantidades sustanciales de ADN neandertal a partir de unos pocos miligramos de sedimento extraído de la cueva Denisova, un sitio ubicado en las montañas de Altai, en el centro sur de Siberia. El área es de vital importancia, ya que en esa cueva se identificó en 2010 al hombre de Denisova, una especie de homínido antiguo que salió a la luz a través del análisis del ADN de restos óseos.

El material analizado en esta ocasión fue suficiente para que Massilani lograra identificar el sexo de los neandertales que dejaron su ADN en esa zona. Además, pudo demostrar que estos individuos estaban relacionados con un neandertal cuyo genoma fue reconstruido previamente. Según los expertos, con este nuevo enfoque será posible en el futuro analizar el ADN de una gran cantidad de humanos antiguos, a partir de un pequeño cubo de sedimento solidificado.

Fuente: epe.es