La pubertad cambia la forma de reconocer las caras
Las caras son tan únicas como las huellas digitales y pueden revelar una gran cantidad de información acerca de nuestra salud, personalidad, edad, y sentimientos. Investigadores de la Universidad del Estado de Pensilvania (Penn State) han descubierto recientemente que los adolescentes comienzan a ver las caras de forma diferente mientras se preparan para la transición a la edad adulta.
Suzy Scherf, profesora de psicología y directora del Laboratorio de Neurociencia del Desarrollo de Penn State, y Giorgia Picci, estudiante de posgrado en psicología del desarrollo, han publicado sus hallazgos recientemente en la revista Psychological Science, de la Association for Psychological Science.
«Sabemos que las caras transmiten una gran cantidad de información social diferente, y la capacidad de percibir e interpretar esta información cambia a lo largo del desarrollo», explica Scherf en la información de la universidad. «Por primera vez, hemos sido capaces de mostrar cómo la pubertad, no la edad, da forma a nuestra capacidad de reconocer las caras a medida que crecemos hasta convertirnos en adultos.»
De acuerdo con Scherf, la capacidad de los adolescentes para reajustar su sistema de procesamiento de caras, de mostrar un sesgo hacia las caras de mujeres adultas cuando son niños, a preferir las caras de sus pares, que están en su misma etapa de desarrollo, la pubertad, es parte de la metamorfosis social que les prepara para asumir los roles sociales adultos.
«En otras palabras, literalmente cambia la forma de ver las caras. Esto se había demostrado previamente en investigaciones sobre animales, pero no en humanos».
Los investigadores desarrollaron un diseño experimental innovador que demuestra que el sesgo de recordar las caras de los pares se refleja en la etapa puberal de la cara, en lugar de en la edad de la cara, que es como los anteriores investigadores habían estudiado estos sesgos.
«Hemos sido capaces de demostrar que la pubertad da forma a la sutil aparición de comportamientos sociales que son importantes para la transición de los adolescentes a la edad adulta. Es probable que esto suceda debido a las hormonas que influyen en el cerebro y la reorganización del sistema nervioso que se produce durante este tiempo», dice Scherf.
El estudio
Los investigadores reclutaron a 116 adolescentes y adultos jóvenes para el estudio y los separaron en cuatro grupos en función de su etapa de la pubertad. Es importante destacar que los adolescentes del estudio eran de la misma edad, pero diferían en fase de pubertad. Por lo tanto, cualquier diferencia en la forma en que respondieran a las caras estaría relacionada con su estado puberal, no con su edad. Scherf y Picci determinaron las etapas de desarrollo de los adolescentes a través de autoevaluaciones, así como de evaluaciones proporcionadas por los padres.
Los investigadores presentaron a los participantes 120 fotografías en escala de grises, de rostros masculinos y femeninos. El estado de pubertad de las caras de las imágenes coincidía con la de los participantes de los cuatro grupos. «En otras palabras, había imágenes de niños pre-púberes, adolescentes jóvenes en la pubertad temprana, adolescentes jóvenes en la pubertad más tardía, y jóvenes y adultos sexualmente maduros», explica Scherf.
Sesgos
Se pidió a los participantes que miraran los rostros de los cuatro grupos de pubertad, y los investigadores midieron su capacidad de reconocimiento facial usando un juego computarizado. Después de estudiar 10 caras objetivo con expresiones neutrales, a los participantes se les mostró otro conjunto de 20 caras con expresiones felices y tuvieron que determinar si habían visto cada cara con anterioridad o si era nueva.
Scherf y Picci encontraron que los niños pre-púberes tenían un sesgo hacia recordar las caras de adultos, lo que denominan «sesgo hacia el cuidador». «Esto es interesante porque se trata de niños en edad escolar que pasan mucho tiempo con otros niños, y sin embargo, todavía están sesgados para recordar las caras adultas», dice Scherf.
Por el contrario, los adolescentes tenían un sesgo hacia recordar caras de otros adolescentes, denominado «sesgo de pares». Según Scherf, el hallazgo más sorprendente fue que entre los adolescentes que tenían la misma edad, los que eran menos maduros en el desarrollo puberal recordaban mejor a otros adolescentes igualmente poco maduros, mientras que los que eran más maduros tenían mejor memoria de reconocimiento hacia los compañeros con un nivel de desarrollo similar.
«Esto demuestra que los adolescentes se enteran muy bien del estadio puberal de los demás. Pueden verlo literalmente en la cara del otro, tal vez de forma implícita, y esto influye en la forma en que se siguen unos a otros. Esto puede explicar un hallazgo muy conocido: que los adolescentes organizan sus grupos de pares de acuerdo con su estado de pubertad, y es relevante para la comprensión de cómo comienzan a pensar los adolescentes en los demás como parejas románticas por primera vez».
Esta investigación ayudará a los científicos a descubrir cómo impacta la pubertad en el cerebro humano en desarrollo y a entender el calendario de los cambios conductuales y del cerebro durante la adolescencia, lo cual podría orientar los tratamientos de salud mental y dar datos para las políticas de salud pública. En el futuro, Scherf y Picci planean investigar más a fondo los cambios de procesamiento de caras que se producen durante la pubertad.
Fuente: Tendencias 21