La Pequeña Nube de Magallanes es en realidad dos minigalaxias

Un examen de datos de varios telescopios ofrece pruebas de que la Pequeña Nube de Magallanes (SMC), una galaxia enana satélite de la Vía Láctea, está formada por dos galaxias aún más pequeñas.

SMC es una de las galaxias más estudiadas de nuestro Universo debido a su proximidad –a unos 60 kiloparsecs– y a que su estructura y elementos son muy diferentes de los de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Por ejemplo, SMC es de menor metalicidad y, por tanto, es un excelente laboratorio para comprender la física del medio interestelar (ISM) en condiciones de menor metalicidad. El medio interestelar es el gas y el polvo entre las estrellas dentro de una galaxia (a diferencia del medio circungaláctico que es el gas y el polvo entre las galaxias).

A pesar de su utilidad potencial como sonda paralela cercana de la evolución de las galaxias, la estructura de SMC aún es relativamente desconocida. Por ejemplo, las estrellas con diferentes edades parecen distribuirse de manera diferente a través de SMC. Las poblaciones de estrellas más antiguas parecen estar distribuidas esféricamente sin rotar, mientras que las estrellas más jóvenes sí lo hacen. Además, la estructura del ISM indica que SMC ha sido potencialmente gravemente perturbada por interacciones recientes con la Gran Nube de Magallanes (LMC).

Para comprender mejor su naturaleza, un equipo liderado por Claire E. Murray, del Space Telescope Science Institute (STScI), combinó observaciones de emisiones de gas HI neutro y mediciones de velocidad radial (velocidades a lo largo de nuestra línea de visión) para modelar la historia evolutiva de SMC. Debido a que el ISM de SMC está dominado por una emisión HI neutra (gas que no ha sido ionizado por ninguna fuente astrofísica como una estrella), la observación de este gas atómico nos permite rastrear las propiedades generales del ISM de SMC.

El equipo de investigación estudió primero datos del observatorio espacial Gaia de la ESA que les permitió hacer estimaciones de la velocidad promedio de las estrellas en varias partes de SMC. A continuación, estudiaron datos del Galactic Australian Square Kilometer Array Pathfinder, un conjunto de radiotelescopios en Australia Occidental, que les permitió aprender más sobre el medio interestelar tanto en SMC como en LMC. También analizaron datos del estudio APOGEE, que fueron cortesía de espectrógrafos duales de 300 fibras del Sloan Foundation Telescope y el NMSU Telescope, ambos ubicados en el observatorio Apache Point en Nuevo México.

Aunque la emisión HI puede proporcionar una ventana a la estructura de velocidades de SMC, no puede sondear las distancias relativas de las fuentes. En cambio, los autores utilizan un mapa de extinción del polvo para observar el orden espacial relativo de las estrellas a lo largo de la línea de visión (es decir, “delante” o “detrás” del polvo). Una estrella en un lugar con alta extinción está detrás de más polvo que una estrella en un lugar con baja extinción.

Si también supones que el polvo y las estrellas están ubicados en lugares similares, entonces puedes rastrear las ubicaciones reales de las estrellas, comentan los autores, que publican su estudio en arXiv y ha sido aceptado en The Astrophysical Journal. Por ejemplo, una estrella detrás de una gran cantidad de polvo probablemente esté más lejos de nosotros (“detrás”) que una estrella frente al polvo (“frente”). Para estimar la extinción hacia cada fuente, los autores utilizan el método Rayleigh Jeans Color Excess, que asume la cantidad de polvo en función de un color observado. Se supone que una estrella con un color más rojo sufre una mayor extinción.

En conclusión, estos resultados indican que SMC está claramente compuesto por dos sistemas de formación estelar distintos. Una posible explicación para estos resultados es que estos dos sistemas son en realidad restos de galaxias únicas diferentes, lo que podría indicarse por el hecho de que tienen diferentes metalicidades, informa Astrobites.

Alternativamente, los autores proponen que la estructura “detrás” son en realidad restos de marea de una interacción con LMC.

Fuente: europapress.es