La NASA se lleva una sorpresa al estudiar el subsuelo de Marte

El rover Perseverance lleva año y medio investigando Marte. Varios artículos recientes muestran la sorpresa del equipo científico encargado de analizar la información recogida por el rover. Se ha estudiado el subsuelo del cráter Jezero, un antiguo lago de agua líquida que podría contener vida, así como algunas muestras de rocas ígneas recogidas

Un año y medio después de que el rover Perseverance de la NASA aterrizara en Marte, estamos recibiendo nuevos datos y, con ellos, varias sorpresas. El rover ha estado recorriendo e investigando el cráter Jezero, situado en el hemisferio norte marciano relativamente cerca del ecuador. Este cráter de unos 45 kilómetros de tamaño albergó en el pasado remoto un lago de agua líquida, como muestran los canales que fluyen hasta y desde él y el delta que puede observarse en las imágenes satelitales. Es por esto que fue elegido para el emplazamiento de la misión Perseverance, que tiene entre sus objetivos principales buscar trazas de vida pasada en el planeta rojo.

Tal y como se ha publicado en un artículo científico reciente, el rover ha estado estudiando el subsuelo del cráter con el radar que lleva incorporado y ha observado que las capas situadas a varios metros de profundidad están inclinadas. La pendiente, el grosor y las formas detectadas para estos estratos inclinados sugieren dos posibilidades para su formación: o fueron creados por corrientes de lava que fluyeron lentamente, enfriándose poco a poco, o se formaron a partir del depósito de sedimentos llevados hasta allí por el agua que fluía por el cráter hace miles de millones de años.

Perseverance se encuentra ahora mismo recorriendo el delta que se formó donde un río llenaba de agua el lago formado dentro del cráter Jezero. Toda esta información recabada por el rover Perseverance nos servirá para conocer en detalle la historia geológica de esta región de Marte. Por la información que podían haber recabado hasta ahora, los investigadores esperaban encontrar capas horizontales. Este descubrimiento indica por tanto que la historia geológica de la región debió ser más compleja de lo que se pensaba.

A pesar de que la posibilidad de que estas capas se formaran como parte del delta que sí sabemos ocupó la región en el pasado podría parecer la más factible, los datos que el rover ha recogido hasta ahora de la región apuntan a que el origen de sus rocas es ígneo. Para obtener toda esta información el rover ha estado utilizando su instrumento de radar, con el que ha enviado pulsos directamente al subsuelo y, en función de cómo eran reflejados ha podido reconstruir el aspecto de la zona estudiada. Este estudio se ha realizado a lo largo de 3 kilómetros y alcanzando una profundidad de unos 15 metros. La información que estamos obteniendo podríamos compararla a los cortes estratigráficos que podemos observar a veces a los lados de una autovía, donde la montaña ha sido cortada verticalmente para hacer paso a la carretera. Aquí observamos diferentes capas con diferentes grosores, colores y texturas. En Marte este tipo de cortes resultan imposibles, porque no somos capaces de trasladar la maquinaria necesaria hasta allí, por eso recurrimos al estudio por radar, que además no es tan destructivo.

Toda esta información dará además un contexto detallado a las muestras de roca que el Perseverance ha estado recogiendo y que regresarán a la Tierra en una futura misión para su análisis. Estas muestras, recogidas en diferentes puntos del cráter Jezero, nos dará información sobre la época en la que el cráter contenía un lago y nos permitirá delimitar un rango temporal. A pesar de que el análisis en profundidad tendrá que esperar a los laboratorios terrestres, el rover ya ha podido deducir que cuatro de las muestras tomadas son de roca ígnea. De estas muestras proviene la evidencia de que las capas de roca inclinadas tienen este mismo origen. Perseverance también ha observado que estas rocas ígneas muestran signos de erosión por parte del agua y, en definitiva, de haber sido alteradas por la presencia del líquido.

Esto por supuesto ha creado unas altas expectativas, porque son precisamente estos ambientes donde esperaríamos que hubiera proliferado la vida si alguna vez existió sobre la superficie de Marte. Las muestras recolectadas son especialmente interesantes porque no son, otra vez, lo que los investigadores esperaban encontrar, que eran rocas que se hubieran formado en la superficie por lava que enfrió rápidamente. Las rocas recogidas muestran sin embargo un origen en el subsuelo, lo cual hizo que se enfriaran mucho más lentamente. Esto lo sabemos porque el tamaño, forma y composición de los cristales que se forman nos habla de un enfriamiento lento, similar al observado en formaciones similares en la Tierra. Desde que se formaran hace varios miles de millones de años aquello que las protegía de la intemperie ha sido erosionado o bien por el agua en su momento o por el viento más recientemente.

Estas muestras serán recogidas en una futura misión que despegará en 2028, llegará al planeta rojo al año siguiente y tras un complicado proceso de recuperación de las muestras del Perseverance despegará desde la superficie marciana para regresar a la Tierra para el año 2033.

Fuente: muyinteresante.es