La polución mata, pero su efecto suele ser invisible. Sin embargo, el 27 de octubre de 1948 la polución se convirtió en una niebla asesina en la ciudad de Donora, en el estado de Pensilvania (Estados Unidos). Las moléculas tóxicas generadas en dos metalúrgicas se acumularon en el aire desde el 27 hasta el 31 de octubre a causa de un fenómeno atmosférico de inversión térmica. A causa de esto, la mitad de los 14.000 habitantes de Donora enfermaron; 20 murieron aquellos días y 50 más lo hicieron el mes siguiente.
Algunas estimaciones concluyeron que la niebla podría haber matado a miles de personas de haber durado más. Diez años después de que la lluvia limpiara el aire, la tasa de mortalidad en la ciudad era significativamente superior a la de comunidades cercanas.
La liberación de contaminantes fue rutinaria durante al menos 30 años, pero la niebla se produjo a causa de un fenómeno de inversión térmica por el cual el aire caliente atrapa una masa de aire más frío en las cercanías de la superficie. La sucesión de varias noches frescas y frías, en combinación con el agua caliente del río Monongahela, que atraviesa la localidad, así como el humo también caliente de las fábricas, se convirtieron en los ingredientes necesarios para una tormenta perfecta.
Las moléculas tóxicas se acumularon al nivel del suelo y formaron una neblina amarillenta rica en una amplia colección de moléculas altamente tóxicas, como el fluoruro de hidrógeno, el dióxido de azufre, el ácido sulfúrico, el monóxido de carbono y el dióxido de nitrógeno. La niebla era tan densa que la radiación solar no era capaz de degradar las moléculas con la suficiente velocidad como para evitar su acumulación. Como se averiguó después, su origen estaba en dos metalúrgicas de la ciudad: la American Steel and Wire y la compañía Donora Zinc Works.
El día 28 se materializó una extraña neblina. Por la tarde, era tan densa que dificultaba encontrar el camino a casa y muchas personas mayores comenzaron a tener problemas respiratorios, según recoge la «Historical Society and Smog Museum» de Donora. Al comienzo de la crisis los médicos de la ciudad recomendaron la evacuación inmediata de todas las personas con problemas respiratorios. Pero enseguida, murieron 11 personas.
Mientras los médicos trataban a los afectados con oxígeno, las compañías causantes de la niebla asesina negaban tener responsabilidad alguna: a fin de cuentas, habían estado haciendo lo mismo durante décadas. Fuera como fuera, miles de personas se agolparon en los hospitales por problemas respiratorios y no fue hasta el día 31 en que las fábricas detuvieron su producción. Por suerte, ese mismo día la lluvia acabó con la inversión térmica y dispersó la polución.
La nación se da cuenta del problema
La polución no solo afectó a Donora, sino también a localidades próximas. Este escandaloso evento fue recogido por el periodista Walter Winchell y recibió una notoridad nacional. Revistas, televisiones y periódicos se hicieron eco de lo ocurrido. Como consecuencia del suceso, la polución se convirtió en un asunto que preocupaba al público.
Las autoridades y los científicos llevaron a cabo una investigación sobre lo ocurrido. Se descubrió que una inversión termica fue la causa de la acumulación de la niebla. En consecuencia, se introdujo el término «smog» para hablar de una acumulación puntual de polución por causas naturales y también artificiales. Se descubrió que las emisiones de la planta de zinc mataron a la vegetación en un radio de casi un kilómetro en torno a sus instalaciones. Las autopsias revelaron que los niveles de flúor en el organismo de los fallecidos eran 20 veces superiores a los normales, y se concluyó que la acumulación del fluoruro de hidrógeno fue la primera causa de las muertes.
En 1955 el gobierno federal aprobó el «Clean Air Act». La compañía Donora Zinc Works finalizó sus operaciones en 1957. En el pueblo de Donora, se adoptó el lema «Clean Air Started Here» («El aire limpio comenzó aquí»). En 1963 la legislación federal recogió nuevas medidas contra la polución y en 1970 se creó la Agencia de Protección Ambiental y se crearon los estándares de calidad del aire. Años después, activistas instalaron una placa y abrieron un museo para recordar lo sucedido.
Fuente: abc.es