La definición oficial del kilo ha cambiado este 20 de mayo

Una nueva definición del kilo como unidad oficial de masa, para aumentar la precisión de las mediciones científicas, ha entrado en vigor este 20 de mayo, Día Mundial de la Metrología.

Desde 1889, un kilogramo estaba definido por un cilindro de platino-iridio guardado en una caja de vidrio especial y conocido como el Prototipo Internacional del Kilogramo. Se encuentra en la sede de la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (cuyo acrónimo en francés es BIPM), a las afueras de París.

Pero en noviembre pasado, los 60 estados miembros de la Conferencia General sobre Pesos y Medidas votaban por unanimidad redefinir el valor del kilogramo en términos de un valor pequeño pero inmutable llamado “constante de Planck”.

También este 20 de mayo entran en vigor actualizaciones en las definiciones del amperio (corriente eléctrica), el kelvin (temperatura termodinámica) y el mol (cantidad de una sustancia).

Todas las mediciones de masa modernas se derivan del kilogramo, ya sean microgramos de medicina farmacéutica o polvo de oro, kilos de fruta o pescado o toneladas de acero.

El problema es que el prototipo no siempre pesa lo mismo. Incluso dentro de sus tres campanas de vidrio, recoge micropartículas de suciedad y se ve afectado por la atmósfera. A veces necesita limpieza, lo que puede afectar su masa.

Eso puede tener profundas implicaciones. Si el prototipo perdiera masa, los átomos en teoría pesarían más, ya que el kilogramo base debe, por definición, siempre pesar un kilogramo.

Los científicos han intentado durante décadas definir un valor constante para el kilogramo que se deriva de la física inmutable, de la misma manera que lo han hecho para otras unidades estándar (unidades SI) supervisadas por la Oficina de Pesas y Medidas.

Por ejemplo, un metro no mide 100 centímetros, en realidad es “la longitud de la trayectoria recorrida por la luz en el vacío durante un intervalo de tiempo de 1 / 299,792,458 de un segundo”.

La “constante de Planck”, que se deriva de la física cuántica, se puede utilizar junto con una balanza Kibble, una máquina de pesaje exquisitamente precisa, para calcular la masa de un objeto utilizando una fuerza electromagnética medida con precisión.

“La redefinición de la SI es un momento histórico en el progreso científico”, dijo Martin Milton, director de la Oficina de Pesas y Medidas.

“El uso de las constantes fundamentales que observamos en la naturaleza como fundamento de conceptos importantes como masa y tiempo significa que tenemos una base estable desde la cual avanzar en nuestra comprensión científica, desarrollar nuevas tecnologías y abordar algunos de los mayores desafíos de la sociedad”.

Barry Inglis, quien encabeza el Comité de Pesos y Medidas, dijo que las implicaciones eran inmensas. “Ahora ya no estaremos limitados por las limitaciones de los objetos en nuestra medida del mundo, sino que tendremos unidades accesibles universalmente que pueden allanar el camino a una mayor precisión e incluso acelerar el avance científico”, dijo.

Podría decirse que la redefinición del kilo es la más significativa de una unidad SI desde que se recalculó el segundo en 1967, una decisión que ayudó a facilitar la comunicación en todo el mundo a través de tecnologías como GPS e Internet.

Fuente: europapress.es