La ciencia de los pelirrojos

Otro festival del verano que cuelga el rótulo de sold out. Si añadimos que el evento tiene lugar en el centro de Londres, el hecho se vuelve aún menos noticiable. Lo peculiar es que el cartel de este festival no incluye a los grupos más punteros del panorama indie, ni las propuestas cinéfilas más prometedoras del año: en esta fiesta hay pelirrojos.

Cientos de personas con el pelo carmesí entre los asistentes, organizadores, ponentes y artistas: músicos, actores, fotógrafos y escritores. Todos en la calle el sábado 17 de septiembre, celebrando una suerte de día del Orgullo Pelirrojo: Red Head Day UK. Y en este punto cabe preguntarse ¿qué sentido tiene echarse a las calles a reivindicar un color de pelo?

Aunque este año es el primero que se conmemora en la city, el germen surgió en Holanda hace aproximadamente una década: “Un fotógrafo publicó un anuncio solicitando personas pelirrojas para un casting y la asistencia fue masiva”, cuenta Omar Fornataro, fundador de Pelirrojos Club en Argentina.

“Nuestro color nos convierte en uno de los grupos minoritarios más dispersos en el mundo. Desde 2013 celebramos nuestro día, sincronizándonos con otros diez países hispanohablantes”.

El lema del festival es una declaración de intenciones: “La misión es simple: celebrar el pelo rojo, las pecas y todo aquello que hace a los pelirrojos diferentes”.

En definitiva, festejar la diferencia. Los pelirrojos son pocos. No se conocen las cifras exactas pero, salvo que estemos paseando por Edimburgo, no es muy probable que nos topemos con gente que ostente esta tonalidad de pelo natural.

La fascinación provocada por su aspecto no siempre ha sido positiva y la historia les ha sometido a las mismas penurias que a todo grupo o individuo que no se ha ajustado a la norma. Todavía hoy, en pleno siglo XXI, muchos niños sufren acoso escolar debido a su color de pelo o de piel: “Son blanco de bromas y burlas de todo tipo. Nuestra labor es desalentar cualquier discriminación, no solo la suscitada por el cabello rojo”, cuenta Fornataro.

Hace unos años, a colación de un capítulo de la serie de animación South Park, en el que se propone, de forma irónica, la creación del Día mundial de patear a un pelirrojo, 5 mil personas apoyaron, en las redes sociales, la implantación real de esta efeméride. Aunque en la red nunca se sabe qué es verdadera defensa y qué simple voyerismo, lamentablemente no son una excepción las personas con esta pigmentación que relatan haber sufrido en su vida episodios de bullying.

“Normalmente lo padecen niños que pertenecen a un grupo minoritario, que se muestran muy pasivos o nerviosos o que no tienen una buena autoestima” cuenta Rosario Linares, especialista en Acoso Escolar de El Prado Psicólogos. La experta asegura que eventos de visibilización desdramatizada como este festival “sirven de mucha ayuda porque conciencian a la sociedad sobre la diferencia”.

Como pasa con cada fenómeno incomprendido, la ignorancia les ha obligado a vérselas con la superstición. Muchos pelirrojos naturales cuentan cómo es una escena habitual que la gente se toque un botón cuando aparecen “para evitar la mala suerte”. Una costumbre heredada, se cree, de la época del Imperio romano.

También los egipcios los consideraban los fieros descendientes del dios Set; en la tradición judeocristiana, o al menos en sus representaciones artísticas se les asociaba con los personajes menos queridos de la biblia: Caín, Judas Iscariote o María Magdalena; y durante la Edad Media, las mujeres con cabellos rojos eran consideradas brujas y, como tales, condenadas a arder en la hoguera.

El final de esta época oscura no acabó con el odio al pelirrojo, o gingerism, y en el siglo XX Hitler quiso prohibir el matrimonio entre ellos, como medida para acabar con una fisionomía que le escamaba. Tras siglos de peligroso desconocimiento, ¿sabemos a día de hoy qué originó este exótico color de pelo?

Neandertales, radiación y vitamina D

La primera pregunta es más sencilla. “Nuestra cadena genética tiene de 50 a 70 genes involucrados en la pigmentación, pero solo uno de ellos es el responsable de que existan los pelirrojos: el MC1R. Cuatro o cinco variantes de este gen impiden al cuerpo la producción del tipo más común de melanina, la eumelanina, de color marrón oscuro. Las personas con estas mutaciones solo pueden fabricar la otra clase de melanina existente: la feomelanina, de color rojo”, explica a Sinc Conrado Martínez Cadenas, investigador en genética de la Universidad Jaume I (Castellón).

La segunda respuesta es menos contundente. “No se sabe bien cuándo apareció”, contesta Martínez Cadenas, dejando abierta la puerta a la conjetura. “Hay estudios que sitúan el origen hace 500 mil años, pero no se conoce con seguridad. Se han encontrado alguna de las mutaciones propias de los pelirrojos al secuenciar el genoma de los neandertales, la especie anterior al Homo sapiens, que vivió desde hace 500 mil años hasta que se extinguieron hace unos 40 mil, y pobló, principalmente, zonas de Europa y Oriente Medio”, añade.

Hoy en día, donde más pelirrojos hay, con mucha diferencia, es en Irlanda, Escocia, Inglaterra, Holanda, norte de Alemania, Islandia, y Noruega. Se cree que el gen MC1R evolucionó para poblar las latitudes más septentrionales.

La ventaja principal de esta mutación es la capacidad de sintetizar vitamina D en lugares de muy poca incidencia de luz solar. “Esta vitamina es imprescindible en la formación de los huesos y se forma en las capas superficiales de la piel, al contacto con los rayos UV. Una piel clara, con menor producción de melanina y menor protección ante estos rayos, la fabricará con mayor facilidad que una piel oscura”.

Sin embargo, lo que en el paisaje nublado de Irlanda supone una ventaja, de seguir viviendo salvajemente sería una sentencia de muerte en el ecuador. “En las zonas cercanas al trópico la gente tiene que ser muy oscura para defenderse de la radiación solar, así que todos tienen la misma variante, la que produce mucha eumelanina. En África no existen las variantes pelirrojas del gen MC1R. De hecho, en Inglaterra, Noruega y Suecia el sistema sanitario prescribe suplementos de vitamina D a los niños que tienen un color de piel distinto del blanco”, afirma Martínez Cadenas.

Hasta el momento, podemos concluir que la piel de los pelirrojos es más delicada. Tanto es así que un estudio, publicado a principios de verano en Nature Communications, asegura que el riesgo que sufren de padecer melanoma (uno de los más agresivos y más raros cánceres de piel) es similar al que presentan otras personas tras dos décadas de exposición al sol.

Fuente: Agencia SINC