La búsqueda de un tesoro que ha causado dos muertes
La búsqueda moderna de un tesoro ha provocado, hasta el momento, la muerte de dos personas. Sin embargo, el hombre que afirma haber escondido un montón de objetos con un valor de cerca de dos millones de dólares dice que no tiene planes de finalizar la búsqueda.
Forrest Fenn, un comerciante de arte y antiguo piloto de combate de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, anunció en unas memorias publicadas por sí mismo en 2010, llamadas The Thrill of the Chase (La emoción de la caza), que había enterrado una caja de seguridad llena de monedas, pepitas de oro, piedras preciosas y reliquias antiguas. Ofreció dar pistas sobre su ubicación, escondidas en los 24 versos de un poema publicado en las memorias. Desde entonces, calcula que más de 65.000 personas se han unido a la búsqueda.
El domingo 18 de junio, las autoridades de Nuevo México encontraron el cuerpo de uno de los cazadores de tesoros. Paris Wallace, un pastor de Colorado, fue reportado como desaparecido la semana pasada después de que su familia dijo que había salido a buscar el tesoro.
Pete Kassetas, el jefe de la Policía Estatal de Nuevo México, solicitó a Fenn a finalizar la caza, y dijo que está poniendo en riesgo las vidas de muchas personas. En un correo electrónico, Fenn indicó que no tiene planes de finalizarla.
“Siempre es trágico que alguien muera, y esta última pérdida me afectó mucho”, dijo sobre la muerte de Wallace. “La vida es demasiado corta para usar cinturón y tirantes al mismo tiempo”, agregó. “Si alguien se ahoga en la piscina, no debemos drenarla, sino enseñarle a la gente a nadar”.
La muerte de Wallace sucedió más de un año después de la desaparición de Randy Bilyeu, otro buscador del tesoro de Fenn. Los restos de Bilyeu fueron encontrados en el río Bravo aproximadamente siete meses después de que desapareció.
Otras personas también han estado en riesgo de sufrir accidentes por esta búsqueda. En 2013, Chanon Thompson, una texana que buscaba el tesoro en Nuevo México, se perdió cerca del Monumento Nacional Bandelier, y pasó una gélida noche en el desierto. La rescataron al día siguiente.
Fenn ha dicho que el tesoro está en algún lugar en las montañas Rocosas y a 1,5 kilómetros sobre el nivel del mar, lo que ha tentado a la gente a aventurarse por algunas de las zonas desérticas más inclementes del suroeste de Estados Unidos. Recientemente especificó que el tesoro no se encuentra en ningún área de difícil acceso para alguien de 80 años.
La exesposa de Bilyeu, Linda Bilyeu, quien fue la primera en notificar su desaparición, ha dicho que el tesoro de Fenn es un timo y un engaño. Recientemente le pidió a Fenn que finalizara la búsqueda. “Está arriesgando vidas por sus propios motivos egoístas”, dijo.
Fenn dijo que planeaba cambiar de alguna manera la búsqueda, pero que todavía no tenía los detalles. “Estoy pensando en la manera de lograr que la búsqueda de mi tesoro sea más segura, y espero hacer un anuncio en los próximos días”, dijo.
Fenn, de 86 años, es un alegre excéntrico cuya galería en Santa Fe atrajo las visitas frecuentes de un grupo ecléctico de celebridades en las décadas de los años setenta y ochenta. Una semblanza publicada en la revista People en 1986 informaba que el presidente Gerald Ford, la exprimera dama Jacqueline Kennedy, y personalidades del espectáculo como Robert Redford, Cher y Steve Martin estaban entre los clientes que pagaban sumas altas por óleos, así como arte y reliquias de los nativos norteamericanos.
Ideó la búsqueda del tesoro varios años después de la publicación de esa semblanza, cuando se enteró que padecía cáncer renal. Originalmente había planeado que lo sepultaran con la fortuna, pero tras recuperarse de la enfermedad decidió crear la caza del tesoro. Así, según contó, poco después de publicar The Thrill of the Chase se fue solo y enterró el tesoro. En una semblanza publicada en The New York Times el año pasado, calculó que el tesoro tenía un valor de dos millones de dólares.
No hubo testigos, dijo. Las decenas de miles de personas que se han unido a la búsqueda están confiando por completo en la palabra de Fenn, y las pistas contenidas en su poema, como guía.
Varios sitios web siguen obsesivamente la cacería. Jenny Kile, la administradora de uno de ellos, llamada Mysterious Writings, manda su “corazón y oraciones” a los seres queridos de Wallace, pero defiende fieramente los méritos del misterio.
“Hay tragedias y riesgos en todo lo que hacemos”, dijo. “Y aunque las autoridades y otros detractores quieran señalar culpables, de ninguna manera se puede responsabilizar a The Thrill of the Chase por las muertes o los accidentes que ocurran durante la búsqueda. La mayoría de la gente comprende esto”.
“Creo que la peor tragedia de la vida es no vivirla”, dijo Kile. “Es más dañino no animar a las personas a perseguir sus sueños y no motivarlos a ir y vivir una vida extraordinaria, llena de aventuras y diversión”.
Ese sentimiento hace eco al de Fenn. Cuando era niño, pasó la mayoría de sus veranos en el parque nacional Yellowstone, y lo derribaron dos veces en Vietnam, donde voló 328 misiones de combate en 348 días.
“Por malo que haya sido, fue mi gran aventura y me enseñó que la vida tiene un gran valor”, dijo acerca de esas experiencias cercanas a la muerte. “Cuando muera, quiero que sea porque estoy completamente desgastado”.
Sus críticos no están de acuerdo. En una fuerte crítica que hizo el verano pasado, después de que se recuperó el cuerpo de su exesposo, Linda Bilyeu sugirió a los medios locales que la cacería del tesoro había deformado las prioridades de su cónyuge por lo que estaba convencida de que “su mente fue manipulada”. Hoy sigue creyendo lo mismo.
“He escuchado muchísimas veces que Randy murió haciendo lo que amaba”, dijo en su momento. “Eso es falso. Lo que él amaba era pasar tiempo con su familia y amigos”.
Sin embargo, Fenn contestó que la aventura y la familia no son excluyentes. “Incluso, los más calmados tienen un sentido de la aventura que merodea por el fondo de su mente”, dijo.
Fuente: nytimes.com