Investigadores logran regenerar la piel de un adulto para minimizar las cicatrices y combatir el envejecimiento

Una reciente investigación parece haber dado con la clave para la regeneración de la piel en los adultos, lo que podría permitir no solo combatir el envejecimiento, sino también hacer que las cicatrices desaparezcan.

Regenerar la piel de un mamífero adulto no es algo que haya sido posible a día de hoy, aunque se ha intentado con otros tantos inventos que no han llegado al nivel como para poder deshacernos de esas cicatrices.

Por suerte, ahora un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Washington ha sido capaz de regenerar la piel de un adulto para que funcione como la de un recién nacido. Este descubrimiento podría permitir un mejor y mayor tratamiento de las heridas de la piel e incluso llevándolo mucho más lejos: minimizar el proceso de envejecimiento.

Para explicar el descubrimiento, han señalado que existe una especie de interruptor molecular en la piel visto en los ratones recién nacidos que se encarga de crear folículos pilosos durante la primera semana de vida, y una vez que la piel se forma completamente al llegar a la edad adulta, este interruptor molecular se apaga. Algo parecido ocurre en los seres humanos.

En la investigación lograron activar la molécula en ratones adultos descubriendo que permitía que sus heridas en la piel cicatrizarán sin dejar marca.

Esta nueva investigación destaca la posibilidad de observar las primeras etapas de la vida de los mamíferos para regenerar su propia piel. “Todavía podemos buscar inspiración en otros organismos, pero también podemos aprender sobre la regeneración mirándonos a nosotros mismos”, señala Ryan Driskell, profesor asistente en la Escuela de Biociencias Moleculares de la Universidad Estatal de Washington.

Para ello el equipo utilizó la secuenciación de ARN para comparar los genes y las células en la piel de recién nacidos y adultos. Al hacerlo, descubrieon un factor de transcripción llamado Lef1, que son proteínas que vinculan el ADN y determina si los genes están activados o desactivados. A las activar Lef1 en los ratones adultos, descubrieron que se reducían las cicatrices y era posible la regeneración de la piel.

De momento la utilización de este descubrimiento en la piel humana está aún lejos, y señalan que requieren realizar mucho más trabajo sobre el tema para aplicarlo a los seres humanos.

Fuente: computerhoy.com