Impactante hallazgo científico: las aves podrían parecerse más a los humanos de lo que creíamos
Un nuevo estudio realizado durante más de dos décadas en África desafía lo que creíamos saber sobre el comportamiento animal y abre la puerta a sorprendentes similitudes entre aves y humanos
Durante siglos, los humanos se han considerado únicos por su capacidad de construir vínculos duraderos, incluso con personas fuera de su familia. La amistad, la ayuda mutua y el apoyo sin lazos de sangre se ven como rasgos distintivos de nuestra especie.
Sin embargo, un nuevo hallazgo científico pone en duda esa idea. A través de un extenso trabajo de campo, un grupo de investigadores detectó un comportamiento inesperado en el estornino bicolor, una especie de ave que vive en el continente africano.
El estudio sugiere que algunas aves podrían tener una vida social mucho más compleja de lo que creíamos. Y lo más sorprendente: podrían parecerse más a nosotros de lo que imaginábamos.
¿Qué encontraron los científicos sobre las aves y sus comportamientos «humanos»?
El equipo dirigido por Earl recopiló información entre 2002 y 2021, combinando observaciones de comportamiento con análisis genéticos. Gracias a este enfoque, pudieron identificar patrones de ayuda que iban más allá del parentesco directo.
Aunque los estorninos suelen asistir a familiares para reforzar su legado genético, los datos muestran que también establecen relaciones duraderas con otros miembros de su comunidad. En muchos casos, estas interacciones se mantuvieron durante años, incluso cuando había parientes disponibles para colaborar.
El profesor Dustin Rubenstein, coautor del estudio, señaló que las sociedades de estorninos son mucho más complejas de lo que se pensaba. Funcionan como redes mixtas de individuos emparentados y no emparentados que viven y cooperan juntos, una estructura comparable a la dinámica social de los seres humanos.
¿Por qué este hallazgo demuestra que las aves podrían parecerse más a los humanos?
Este descubrimiento cambia la perspectiva sobre la vida social en el reino animal. La existencia de relaciones de ayuda mutua entre aves no emparentadas indica que la reciprocidad no es exclusiva del ser humano ni de especies con cerebros complejos.
Los investigadores sostienen que estos comportamientos podrían estar presentes en otras especies, pero que aún no han sido detectados por falta de estudios prolongados. Este trabajo, que abarca 40 temporadas de reproducción, representa un hito en la investigación sobre vínculos sociales duraderos entre animales.
El laboratorio de Rubenstein ya ha estudiado interacciones similares en camarones, avispas, escarabajos, ratones y lagartijas. No obstante, es la primera vez que se documenta con claridad que las aves pueden formar relaciones estables y cooperativas con individuos no relacionados genéticamente, lo que refuerza la idea de que las aves podrían parecerse más a los humanos de lo que creíamos.
Fuente: cronista.com