Identifican las proteínas del coronavirus que dañan los vasos sanguíneos

Lo detectaron científicos de la Universidad de Tel Aviv. Ese deterioro vascular puede causar infartos o derrames cerebrales. Cuáles son los impactos del hallazgo

La pandemia del coronavirus ya se llevó la vida de más de 5 millones de personas en el mundo, y aún la mitad de la humanidad no está inmunizada con las vacunas. Mientras, la investigación científica sigue revelando los más íntimos factores que hacen que la infección genera un dramático impacto en la salud de algunos pacientes que desarrollan cuadros severos. En Israel, un equipo de científicos descubrió cuáles proteínas del coronavirus SARS-CoV-2 son las responsables de los graves daños vasculares que pueden llegar a provocar un ataque al corazón o un derrame cerebral.

Ahora, por primera vez, un equipo de expertos dirigido por la Universidad de Tel Aviv logró identificar 5 de las 29 proteínas que componen el virus y que son responsables de que se dañen los vasos sanguíneos. Los investigadores esperan que la identificación de estas proteínas ayude a desarrollar fármacos dirigidos contra el COVID-19 que reduzcan el daño vascular.

El estudio fue dirigido por el doctor Ben Maoz, del Departamento de Ingeniería Biomédica y la Escuela Sagol de Neurociencia, el Profesor Uri Ashery, de la Facultad Wise de Ciencias de la Vida y la Escuela Sagol de Neurociencia, y el profesor Roded Sharan, de la Escuela Blavatnik de Ciencias de la Computación, todos ellos investigadores de la Universidad de Tel Aviv. También participaron en el estudio Rossana Rauti, Yael Bardoogo y la estudiante de doctorado Meishar Shahoah, de la Universidad de Tel Aviv, y el profesor Yaakov Nahmias, del Instituto de Ciencias de la Vida de la Universidad Hebrea.

Los resultados del nuevo estudio se han publicado en la revista especializada eLife. “Observamos una incidencia muy elevada de enfermedades vasculares y coagulación de la sangre, por ejemplo, ictus y ataques cardíacos, entre los pacientes con COVID”, afirma el doctor Maoz. “Tendemos a pensar que el COVID es principalmente una enfermedad respiratoria, pero lo cierto es que los pacientes con coronavirus tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir un ictus o un infarto. Todas las pruebas demuestran que el virus daña gravemente los vasos sanguíneos o las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos. Sin embargo, hasta ahora el virus se ha tratado como una sola entidad. Queríamos averiguar qué proteínas del virus son responsables de este tipo de daños”.

El coronavirus es un virus relativamente sencillo: comprende un total de 29 proteínas diferentes (en comparación con las decenas de miles de proteínas que produce el cuerpo humano). Los investigadores de la Universidad de Tel Aviv utilizaron el ARN de cada una de las proteínas del COVID-19 y examinaron la reacción que se producía cuando las distintas secuencias de ARN se insertaban en células de vasos sanguíneos humanos en el laboratorio; así pudieron identificar cinco proteínas del coronavirus que dañan los vasos sanguíneos.

“Cuando el coronavirus entra en el cuerpo, empieza a producir 29 proteínas, se forma un nuevo virus, ese virus produce 29 nuevas proteínas, y así sucesivamente”, explicó el doctor Maoz. “En este proceso, nuestros vasos sanguíneos pasan de ser tubos opacos a una especie de redes o trozos de tela permeables, y paralelamente se produce un aumento de la coagulación de la sangre. Examinamos a fondo el efecto de cada una de las 29 proteínas expresadas por el virus, y logramos identificar las cinco proteínas específicas que causan el mayor daño a las células endoteliales y, por tanto, a la estabilidad y función vascular. Además, utilizamos un modelo computacional desarrollado por el profesor Sharan que nos permitió evaluar e identificar qué proteínas del coronavirus tienen mayor efecto en otros tejidos, sin haberlas visto “en acción” en el laboratorio”.

Según Maoz, la identificación de estas proteínas puede tener importantes consecuencias en la lucha contra el virus. “Nuestra investigación podría ayudar a encontrar blancos terapéuticos para un fármaco que se utilice para detener la actividad del virus, o al menos minimizar el daño a los vasos sanguíneos”.

Recientemente se han difundido otros estudios que demuestran el impacto del coronavirus en la salud cardiovascular de los pacientes. En Suecia, investigadores han realizado un estudio epidemiológico que muestra el aumento de infartos y ataques en las semanas siguientes al diagnóstico de COVID-19. Los resultados se publicaron en The Lancet.

El estudio incluyó a todas las personas de Suecia a las que se les diagnosticó COVID-19 entre el 1 de febrero de 2020 y el 14 de septiembre de 2020, un total de casi 87.000 personas. Su edad media era de 48 años y el 57% eran mujeres. Los investigadores los compararon con más de 348.000 suecos de edad y sexo similares que no tenían el virus.

En la semana siguiente al diagnóstico de COVID-19, el riesgo de sufrir un primer infarto de miocardio se multiplicó por tres o por ocho, según el estudio en Suecia. El riesgo de un primer ataque cerebrovascular se multiplicó de tres a seis veces. En las semanas siguientes, ambos riesgos disminuyeron de forma constante pero se mantuvieron elevados durante al menos un mes.

Por otro lado, un equipo de investigadores de Canadá se preguntaron por el impacto de la pandemia durante y después del confinamiento. Se identificaron 15.682 visitas en 2020 por ictus isquémico, hemorragia intracerebral o infarto de miocardio. Las tasas semanales de visitas por infarto de miocardio fueron menores sólo durante el confinamiento por la pandemia y hubo un aumento compensatorio de las visitas tras la reapertura. Publicaron el estudio en la revista JCJOPen.

Para prevenir el infarto y el ataque cerebral después del COVID-19, el doctor Alberto Caccavo, investigador de la organización académica Estudios Clínicos Latinoamérica y ex vicepresidente segundo de la Sociedad Argentina de Cardiología, hizo varias recomendaciones en diálogo con Infobae. “Hoy acceder al esquema completo de vacunación es clave para evitar el contagio de coronavirus, como así también usar el barbijo en lugares donde hay concentraciones de personas, mantener los ambientes ventilados de manera continua y respetar el distanciamiento”, afirmó.

“Durante la pandemia, las personas con factores de riesgo como hipertensión, diabetes, o hipercolesterolemia deberían seguir en la consulta con sus médicos. Pueden pasar también a la consulta con la telemedicina, que es una herramienta que quedará cuando pase la pandemia. Si bien no todos los controles se pueden hacer por videollamada, sí se puede sumar en pacientes que ya se atendieron de manera presencial”, sostuvo el médico argentino.

Fuente: infobae.com