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Identificado el primer asteroide exiliado en la periferia del Sistema Solar

El inusual objeto del cinturón de Kuiper ‘2004 EW95’, es un asteroide rico en carbono, primero de su tipo confirmado en esta gélida región más allá de Neptuno, en la periferia del Sistema Solar.

Algunos modelos teóricos del periodo de los primeros días del Sistema Solar predicen que, después de que se formaran los gigantes gaseosos, estos arrasaron el Sistema, expulsando pequeños cuerpos rocosos del interior del Sistema Solar hacia órbitas remotas a grandes distancias del Sol. En particular, estos modelos sugieren que el cinturón de Kuiper debe contener una pequeña fracción de cuerpos rocosos del interior del Sistema Solar, tales como asteroides ricos en carbono, denominados asteroides carbonáceos.

Ahora, un artículo científico publicado en ‘The Astrophysical Journal Letters’ ha presentado pruebas de la detección del primer asteroide carbonáceo observado en el cinturón de Kuiper, proporcionando datos que apoyan estos modelos teóricos que hablan de unos inicios tempestuosos en el Sistema Solar.

Después de llevar a cabo cuidadosas mediciones con múltiples instrumentos instalados en el Very Large Telescope (VLT) de ESO, un pequeño equipo de astrónomos, dirigido por Tom Seccull, de la Universidad de la Reina de Belfast (Reino Unido), fue capaz de medir la composición del anómalo objeto ‘2004 EW95’ del cinturón de Kuiper, determinando así que se trata de un asteroide carbonáceo. Esto sugiere que se formó originalmente en el interior del Sistema Solar y, desde entonces, debe haber migrado hacia el exterior.

La primera vez que salió a la luz la peculiar naturaleza de este objeto fue durante unas observaciones de rutina con el Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la ESA llevadas a cabo por el astrónomo Wesley Fraser de la Universidad de la Reina de Belfast, que también era miembro del equipo tras este descubrimiento.

El espectro de reflectancia del asteroide –el patrón específico de longitudes de onda de la luz reflejada de un objeto– era diferente a la de otros pequeños objetos similares del cinturón de Kuiper (denominados KBOs, de Kuiper Belt Objects), que típicamente tienen espectros sin interés que revelan poca información sobre su composición.

“El espectro de reflectancia de ‘2004 EW95’ era claramente distinto al de otros objetos exteriores del Sistema Solar observados”, explica en un comunicado Seccull, el autor principal, por lo que “es lo bastante raro como para echarle un vistazo”.

Su formación: entre marte y júpiter

El equipo observó ‘2004 EW95’ con los instrumentos X-Shooter y FORS2, instalados en el VLT. La sensibilidad de estos espectrógrafos permitió al equipo obtener medidas más detalladas de los patrones de luz reflejada desde el asteroide, y así deducir su composición.

Sin embargo, pese a la capacidad colectora de luz del VLT, ‘2004 EW95’ resultaba difícil de observar. Aunque el objeto tiene un tamaño de unos 300 kilómetros, se encuentra a 4.000 millones de kilómetros de la Tierra, haciendo que la obtención de datos de su oscura superficie, rica en carbono, se convierta en un desafío científico. “Es como observar una montaña gigante de carbón contra la oscuridad del cielo nocturno”, compara el coautor Thomas Puzia, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

“2004 EW95′ no solo se mueve, sino que también es muy débil –agrega Seccull–. Tuvimos que usar una técnica muy avanzada de procesamiento de datos para extraer la máxima información posible”. Dos características de los espectros del objeto fueron particularmente llamativas y correspondían a la presencia de óxidos férricos y filosilicatos. La presencia de estos materiales nunca se había confirmado antes en un objeto del cinturón de Kuiper y sugiere que ‘2004 EW95’ se formó en el interior del Sistema Solar.

Según concluye Seccull, dada la ubicación actual de ‘2004 EW95’, en la helada periferia del Sistema Solar, se deduce que ha sido expulsado hacia su órbita actual por un planeta migratorio en los primeros días del Sistema Solar. Probablemente, se formó en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter y fue lanzado a miles de millones de kilómetros de su lugar de origen hasta su hogar actual, el cinturón de Kuiper.

“Si bien ha habido informes anteriores de otros espectros ‘atípicos’ de objetos del cinturón de Kuiper, ninguno se había confirmado hasta ahora con este nivel de calidad”, comenta el astrónomo de ESO Olivier Hainaut, que asegura que “el descubrimiento de un asteroide carbonáceo en el cinturón de Kuiper es una verificación clave para una de las predicciones fundamentales de los modelos dinámicos del Sistema Solar temprano”.

Fuente: europapress.es