Herramientas robóticas para perforar hielo fuera de la Tierra

El Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, en Pasadena, California (Estados Unidos), está desarrollando nuevas tecnologías para emplearlas en futuras misiones de exploración en mundos con importantes cantidades de hielo de agua. Ello incluye la obtención de muestras a lo largo de la ruta seguida por robots de exploración de la superficie, brazos robóticos que se despliegan para alcanzar objetos alejados; y un lanzador de proyectiles a modo de arpón para recoger muestras aún más lejanas.

Los brazos robóticos son esenciales para alcanzar muestras desde vehículos de aterrizaje o móviles. Sobre Marte, las naves de aterrizaje de la NASA nunca han tenido un alcance superior a entre 2 y 2.5 metros desde su posición. Para llegar más lejos, se necesita construir un brazo más largo.

En el JPL surgió una idea consistente en un brazo plegable. Desplegado, el brazo puede alcanzar casi 10 metros. No puede saberse con antelación qué muestras serán de mayor interés una vez el vehículo aterrice, así que un mayor alcance podría proporcionar más opciones al equipo científico encargado de escoger objetivos.

Para objetivos incluso más alejados, se ha venido trabajando en un lanzador de proyectiles que puede disparar un mecanismo de toma de muestras capaz de recogerlas a una distancia de hasta 50 metros.

Tanto el brazo como el lanzador podrían ser utilizados junto con un sistema para agarrar hielo. Esta garra podría algún día disponer de una broca perforadora unida a ella; si los científicos quisieran muestras prístinas, por ejemplo, de la luna de Júpiter llamada Europa, tendría que perforar a través de unos 20 centímetros de la superficie. Se cree que, a esa profundidad, hay protección suficiente por parte del hielo como para que las moléculas complejas queden protegidas de la radiación que emite el planeta gigante.

Después del despliegue de un brazo extensible o de un lanzador de proyectiles, la garra podría anclarse usando garfios calentados que fundirían el hielo y asegurarían su sujeción. Eso permitiría que una broca pudiera penetrar y recoger una muestra.

Fuente: noticiasdelaciencia.com