Un dúo de astrónomos ha logrado una hazaña difícil: determinar la estructura tridimensional de una nube interestelar, el sitio de nacimiento de las estrellas.
El avance no solo revela la verdadera estructura de la nube molecular Musca, que difiere de las suposiciones anteriores en parecerse más a una tortita que a una aguja, sino que también podría conducir a una mejor comprensión de la evolución de las nubes interestelares en general.
Este hallazgo, publicado en Science, ayudará a los astrónomos a responder a una vieja pregunta: ¿qué determina el número y el tipo de estrellas formadas en nuestra galaxia?
La reconstrucción de la estructura en 3D de las nubes interestelares ha sido un gran desafío, ya que los objetos astronómicos solo se pueden observar como proyecciones bidimensionales en el cielo. La determinación de la naturaleza en 3-D de las nubes es fundamental para una mejor comprensión de los procesos que ocurren dentro de ellas. En este trabajo, Aris Tritsis y Konstantinos Tassis, de la Universidad de Creta, en Grecia, lograron reconstruir la estructura tridimensional completa de Musca gracias a sus estriaciones (patrones de rayas ralas).
Muestran que estas estrías se forman por la excitación de ondas magnetosónicas rápidas (ondas de presión magnéticas longitudinales): la nube está vibrando, como una campana que suena después de haber sido golpeada.
Al analizar las frecuencias de estas ondas, los autores producen un modelo de la nube, que muestra que Musca no es un filamento largo y delgado, como se pensaba, sino una vasta estructura en forma de lámina. A partir de la reconstrucción tridimensional, los autores pudieron determinar la densidad de la nube. Tritsis y Tassis observan que, con su geometría ahora determinada, Musca puede usarse para probar modelos teóricos de nubes interestelares.
Fuente: europapress.es