Hallan solución al problema del ‘hielo perdido’

Hasta ahora, los modelos no habían podido conciliar la incongruencia entre altura del nivel del mar y grosor de los glaciares cuando los océanos retroceden durante las edades de hielo.

Utilizando nuevos e innovadores cálculos, un equipo de investigadores climáticos dirigido por el Instituto Alfred Wegener ha logrado explicar esta discrepancia. El estudio, que se publicó en Nature Communications, podría hacer avanzar significativamente la investigación sobre la historia climática de nuestro planeta.

Durante las transiciones de glaciares a interglaciares, los glaciares de Groenlandia y de América del Norte y Europa aumentan y disminuyen durante decenas de miles de años. Cuanta más agua se almacena en los poderosos glaciares, menos hay en los océanos y más bajo es el nivel del mar.

Los investigadores del clima ahora están investigando hasta qué punto los glaciares podrían derretirse en los próximos siglos debido al cambio climático antropogénico y cuánto aumentaría el nivel del mar como resultado. Para hacerlo, miran hacia el pasado. Si pueden comprender el crecimiento y el derretimiento del hielo durante los glaciares e interglaciares pasados, podrán sacar conclusiones valiosas sobre el futuro.

Sin embargo, reconstruir el pasado distante no es tarea fácil, porque el grosor de los glaciares y el nivel del mar no se pueden medir directamente. En consecuencia, los investigadores del clima deben recopilar minuciosamente pruebas que luego puedan utilizar para formarse una imagen del pasado. El problema: surgen diferentes imágenes, dependiendo del tipo de evidencia recolectada. No podemos decir con absoluta certeza cómo era realmente la situación hace diez mil años. Este “problema del hielo perdido” permaneció sin resolver durante muchos años. Describe la incongruencia de dos enfoques científicos diferentes que buscaban reconciliar la altura del nivel del mar y el espesor glaciar en el pico del último máximo glaciar 20.000 años.

Un equipo de expertos en clima dirigido por Evan Gowan del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina (AWI) en Bremerhaven ahora ha resuelto el problema utilizando un nuevo método. “Parece que hemos encontrado una nueva forma de reconstruir el pasado desde hace 80.000 años”, dice en un comunicado el doctor Gowan, quien ha estado investigando el problema durante aproximadamente una década.

El “problema del hielo perdido” se basa, por un lado, en un análisis de sedimentos de muestras de núcleos recogidas del fondo marino en los trópicos. Estos contienen rastros de corales que aún hoy pueden decirnos hasta qué punto el nivel del mar subió o bajó durante milenios. ¿Por qué? Porque los corales solo viven en aguas bien iluminadas cerca de la superficie del océano. Los núcleos de sedimentos indican que hace 20.000 años, el nivel del mar en los trópicos implicaba que el nivel del mar era aproximadamente 130 metros más bajo de lo que es hoy.

Por otro lado, modelos anteriores han sugerido que las masas glaciares no eran lo suficientemente grandes hace 20.000 años para explicar un nivel del mar tan bajo. Para ser más precisos, para que el nivel del mar fuera tan bajo, a escala global tendría que haberse congelado un volumen adicional de agua con el doble de la masa de la capa de hielo de Groenlandia; de ahí el “problema del hielo perdido”.

Con su nuevo método, Gowan ahora ha reconciliado el nivel del mar y la masa del glaciar: según sus cálculos, el nivel del mar en ese momento era 116 metros más bajo de lo que es hoy. Según su enfoque, no hay discrepancias en términos de masa glaciar.

A diferencia del modelo global anterior, Gowan examinó de cerca las condiciones geológicas en las regiones glaciares: ¿cómo de empinada era la superficie del hielo? ¿Dónde fluyeron los glaciares? ¿Cuánto resistieron las rocas y el sedimento en la base del hielo al flujo de hielo? Su modelo considera todos estos aspectos. También tiene en cuenta hasta qué punto la capa de hielo presionó la corteza terrestre en las áreas respectivas.

“Eso depende de lo viscoso que sea el manto subyacente”, explica Gowan. “Basamos nuestros cálculos en diferentes viscosidades del manto y, por lo tanto, llegamos a diferentes masas de hielo”. Las masas de hielo resultantes ahora se pueden reconciliar con el nivel del mar sin ninguna discrepancia.

Fuente: europapress.es