Hallan nuevas pistas sobre cómo el reloj circadiano ayuda al cerebro a recuperarse tras una lesión
Un tipo de célula cerebral que puede renovarse a sí misma está regulada por los ritmos circadianos, proporcionando una visión significativa de cómo el reloj interno del cuerpo puede promover la curación después de las lesiones cerebrales traumáticas (LCT), según una nueva investigación del Children’s National Hospital, en Estados Unidos.
Estos hallazgos, que se publican en la revista ‘eNeuro’, abren nuevas vías de investigación para futuras terapias contra las lesiones cerebrales. En la actualidad, estas lesiones se tratan únicamente con cuidados de apoyo y rehabilitación, en lugar de con opciones de tratamiento farmacológico específico. Los resultados también subrayan la importancia de abordar las alteraciones circadianas para ayudar a sanar los cerebros lesionados.
Muchas de las células del cuerpo siguen un ritmo de 24 horas impulsado por sus genes, conocido como reloj circadiano. El equipo de investigación del Children’s National descubrió que un tipo de célula cerebral relativamente nuevo -conocido como NG2-glia, o células precursoras de oligodendrocitos- también sigue un ritmo circadiano. Este tipo de célula es una de las pocas que se renueva continuamente durante la edad adulta y es notablemente proliferativa en la primera semana después de las lesiones cerebrales.
«Hemos encontrado pruebas del papel de esta vía molecular bien conocida -el reloj circadiano molecular- en la regulación de la capacidad de proliferación de estas glías NG2, tanto en reposo como después de una lesión –anuncia el doctor Terry Dean, especialista en cuidados críticos del Children’s National y autor principal del artículo–. Esto servirá como punto de partida para investigar más a fondo las vías para controlar la regeneración celular y optimizar la recuperación después de una lesión».
A veces llamada ‘la epidemia silenciosa’, la LCT afecta a unos 69 millones de personas en todo el mundo cada año, con lesiones que van desde conmociones cerebrales leves hasta lesiones graves que causan mortalidad o discapacidad de por vida. Es la principal causa de muerte en personas menores de 45 años, y los que sobreviven suelen quedar con discapacidades físicas, cognitivas y psicológicas persistentes.
Sin embargo, no existen terapias específicas para las LCT, lo que crea una necesidad crítica de descubrir los mecanismos que podrían desbloquear la regeneración de estas células NG2-glia, que son el tipo más común de células cerebrales que se sabe que proliferan y se autorrenuevan en los cerebros adultos.
«Es esencial para los investigadores saber que la renovación celular se coordina con la hora del día –asegura el doctor Vittorio Gallo, jefe académico interino y director interino del Instituto Nacional de Investigación Infantil–. Con este conocimiento, podemos profundizar en el proceso de curación genética del cuerpo para entender cómo las células se regulan y regeneran».
Fuente: infosalus.com