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Hallan en Dinamarca los macabros restos de una batalla bárbara desconocida

Hallan en Dinamarca los macabros restos de una batalla bárbara desconocida

Un equipo de arqueólogos ha descubierto en una zona pantanosa de Alken Enge, en Jutlandia, Dinamarca, más de 2.000 huesos humanos, pertenecientes al menos a 82 personas, que murieron en una cruenta batalla entre bárbaros ocurrida hace 2.000 años. El hallazgo, publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), no solo desvela la existencia del enfrentamiento, sino un macabro ritual llevado a cabo un tiempo después que ha asombrado a los arqueólogos. Los restos de los vencidos fueron manipulados de forma extraña -cortados, ensartados en un palo o colocados en «paquetes» con piedras- y arrojados a las aguas de un lago. Podría decirse que los mataron dos veces.

La expansión hacia el norte del Imperio Romano entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. estuvo marcada por batallas campales con tribus germánicas cuya ferocidad fue bien documentada por la tradición militar romana. Sin embargo, la escasez de restos humanos bien conservados en los supuestos campos de batalla ha dificultado a los científicos comprender realmente la naturaleza de esos combatientes y cuáles eran sus prácticas y armamento.

Las excavaciones arqueológicas realizadas por investigadores de la danesa Universidad de Aarhus entre 2009 y 2014 pueden dar algunas respuestas. En los sedimentos de turba y lagos de más de 75 hectáreas de humedales, el equipo desenterró casi 2.100 huesos humanos, algunos de ellos enteros y otros fragmentos, que pertenecían a 82 individuos, la mayoría varones adultos. Los restos presentaban signos de trauma antes y después de la muerte, además de las marcas dentales de zorros, perros y lobos. En conjunto, los investigadores creen que el conflicto fue de envergadura y enfrentó a unos 380 hombres jóvenes bárbaros, lo cual, dicen los autores, respalda las versiones anteriores de la destreza militar de estas tribus.

Pelvis ensartada en un palo

Además de los restos humanos, los investigadores encontraron armas como hachas, puntas de lanza o fragmentos de espadas, en su mayoría rotas o dañadas, y algunos cuchillos de hierro, vasijas de cerámica y huesos de animales.

Los arqueólogos creen que los individuos de Alken Enge murieron por las heridas infligidas durante la batalla por espadas, lanzas o palos. Algunos tenían las extremidades rotas. Los golpes fueron aplicados principalmente a la cabeza, las caderas y las piernas. Pero la batalla no se produjo ahí mismo, sino probablemente en un lugar cercano. Entre seis meses o un año después, cuando las alimañas ya se habían dado un buen festín, los restos fueron recogidos, manipulados y arrojados al lago. Lo que les hicieron ha asombrado a los investigadores. Muchos cráneos fueron aplastados y preservados en forma de fragmentos e incluso varios huesos pélvicos fueron ensartados en un palo.

Dado el esfuerzo que pusieron en manipular los esqueletos, los investigadores creen que los vencedores intentaban conmemorar su triunfo de esa manera tan atroz.

Fuente: abc.es/ciencia

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