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Hallan el cerebro fosilizado de una asombrosa criatura de hace 500 millones de años

Su aspecto era de lo más insólito. Tenía aspecto de camarón y dos segmentos de cerebro en lugar de tres como los insectos modernos

El cerebro fosilizado de la criatura de tres ojos bautizada como Stanleycaris hirpex, nadó en los océanos de la Tierra hace 500 millones de años y su hallazgo podría provocar un replanteamiento de la evolución de los insectos y las arañas. La criatura, descrita como ‘el material del que están hechas las pesadillas’ pues parece sacada de una novela de ciencia ficción, tenía dos ojos ‘en tallos’, con un tercero en el medio de su cabeza, una boca circular de aspecto formidable bordeada de dientes y garras frontales con una impresionante variedad de espinas. Todo un insólito espécimen.

Es una suerte, pues los investigadores del Museo Real de Ontario (ROM) en Toronto han anunciado que los fósiles de este extraño animal recién descubierto, están excepcionalmente completos y conservan el cerebro, el sistema nervioso y un tercer ojo.

Los paleontólogos encontraron estos tesoros antiguos en Burgess Shale, una formación en las Montañas Rocosas canadienses de la Columbia Británica que es conocida por sus abundantes y bien conservados restos de animales fosilizados.

¿Cómo era esta criatura?

Se trata de un depredador oceánico que se deslizaba por las profundidades marinas como una raya, escudriñando el agua turbia en busca de su próxima presa, que atraparía con sus espinosas garras listas para atrapar cualquier cosa que se acercara demasiado. Stanleycaris habría sido una pesadilla para cualquier pequeño habitante del fondo lo suficientemente desafortunado como para cruzarse en su camino. Sus sofisticados sistemas sensoriales y nerviosos le habrían permitido seleccionar eficientemente pequeñas presas en la penumbra.

Según los expertos, Stanleycaris hirpex es un pariente lejano de 20 centímetros de largo de los artrópodos actuales, el amplio grupo que incluye insectos, arañas y crustáceos. Los extraños fósiles ofrecen pistas evolutivas sobre cómo el cerebro, la visión y la estructura del cuerpo de los artrópodos se convirtieron en lo que es hoy.

Características únicas

Stanleycaris era miembro de los radiodontes, depredadores del ápice que fueron algunos de los animales más grandes durante el período Cámbrico. Además de su par de ojos al acecho, poseía un gran ojo central en la parte delantera de la cabeza, una característica nunca antes vista en un radiodonte.

“Los detalles son realmente nítidos y hermosos”, dijo Joseph Moysiuk, autor principal, candidato a doctorado en ecología y biología evolutiva en la Universidad de Toronto, Canadá y coautor del trabajo que publica la revista Current Biology. “Puedes ver centros de procesamiento visual reales dentro de los tallos de los ojos… casi increíble para algo que tiene quinientos millones de años”.

Lo que más entusiasma a los científicos es lo que hay dentro de la cabeza de esta criatura extraña. Los restos del cerebro y los nervios aún se conservan después de 506 millones de años en 84 de los fósiles encontrados. En los artrópodos actuales, como los saltamontes y otros insectos, el cerebro consta de tres segmentos: protocerebrum, deutocerebrum y tritocerebrum. Pero esta criatura cuenta con dos.

Una cabeza y un cerebro de dos segmentos tienen profundas raíces en el linaje de los artrópodos, dicen los autores, y su evolución probablemente precedió al cerebro de tres segmentos que caracteriza a todos los miembros vivos de este diverso filo animal.

“Si bien los cerebros fosilizados del Período Cámbrico no son nuevos, este descubrimiento destaca por la asombrosa calidad de conservación y la gran cantidad de especímenes”, aclaró Moysiuk. “Incluso podemos distinguir detalles finos, como centros de procesamiento visual que sirven a los ojos grandes y rastros de nervios que ingresan a los apéndices. Los detalles son tan claros que es como si estuviéramos viendo un animal que murió ayer”.

Encontrar tejido blando fosilizado es raro. La mayoría de los fósiles son huesos o partes duras del cuerpo, como dientes o exoesqueletos, mientras que los cerebros y los nervios están hechos de sustancias grasosas que normalmente no sobreviven.

Fuente: muyinteresante.es