Gusanos nematodos fueron revividos tras estar congelados durante 46 mil años en Siberia

Científicos informaron que dos tipos de nematodos fueron revividos tras estar congelados en el permafrost de Siberia durante al menos 46 mil años

Los gusanos nematodos son redondos y simple vista parecen no tener características que los hagan diferentes al resto de otros invertebrados, sin embargo, en 2018, científicos informaron que habían descubierto y revivido dos tipos de nematodos microscópicos que se encontraban en le permafrost de Siberia, y se creía tenían 42 mil años.

Debido a esto, ahora los nematodos se han vuelto objeto de investigación, pues una de estas variedades representa una nueva especie a la que se le denominó Panagrolaimus kolymaensis por el río Kolyma donde fue encontrado.

El 27 de julio, la revista PLOS Genetics publicó una nueva investigación que compara el mecanismo de supervivencia el gusano siberiano con uno de otra especie, el nematodo Caenorhabditis elegans, un organismo modelo que es utilizado en todo el mundo.

Ante esto, los investigadores aseguran que los P. kolymaensis tienen 46 mil años de antigüedad, según la datación de la materia vegetal que se encontró en ellos.

“La datación por radiocarbono es absolutamente precisa, y ahora sabemos que realmente sobrevivieron 46 mil años”, declaró Teymuras Kurzchalia, coautor del estudio y biólogo celular emérito del Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética en Dresden.

Según relata un artículo de Scientific American, las especies de Panagrolaimus se encuentran en todo el mundo y se les conoce por sobrevivir a entornos que las exponen a la desecación o congelación, explica Ann Burnell, profesora emérita de biología en la Universidad de Maynooth en Irlanda, que no participó en el nuevo estudio.

Si los gusanos son realmente tan antiguos como estima el estudio, serían, con mucho, los ejemplos más sorprendentes de lo que los científicos llaman criptobiosis: la capacidad de un organismo para suspender su propio metabolismo en condiciones malas.

“Pensé que era un trabajo impresionante e interesante”, declaró David Wharton, profesor emérito de zoología en la Universidad de Otago de Nueva Zelanda, y quien tampoco participó en la nueva investigación.

Hay escepticismo sobre los nematodos entre científicos

No obstante, algunos científicos se han mostrado escépticos respecto a los hallazgos del estudio, como ocurrió cuando lo informaron en 2018 por primera vez. En ese entonces, los investigadores externos mostraron su preocupación por que los nematodos analizados fueran contaminación moderna.

Ante esto, Byron Adams, biólogo de la Universidad Brigham Young, fue uno de esos escépticos y sigue sin estar convencido por el nuevo trabajo hecho por Kurzchalia y sus colegas.

Me encantaría creer que los animales que están describiendo han sobrevivido congelados durante 40 mil años en permafrost. Y si fuera un hombre de apuestas, apostaría a que realmente podría suceder, y estas cosas realmente son así de viejas”, dijo Adams.
¿Por qué Adams no cree que los gusanos tengan más de 40 mil año?
Adams cree que el análisis del artículo no prueba la edad de los gusanos, solo la del material vegetal que está cerca.

“No dudo de la edad del material orgánico en el permafrost. Es probable que esos valores sean legítimos”, indicó.

Sin embargo, agregó que “los autores no han hecho el trabajo para demostrar que los animales que han recuperado no son simplemente contaminantes de la superficie”.

Entre las formas que podrían utilizar para verificar las edades, Adams detalla que son tomando muestras del suelo del área y confirmando que los nematodos son especies diferentes de las que viven en el permafrost.

Inducción de los nematodos a la “resurrección”

Si bien Kurzchalia no participó en el proceso de recolección original, que se llevó a cabo en 2002 como parte de una serie de excursiones de un año, explica que confía en los procedimientos de esterilidad que llevaron a cabo los científicos para evitar la contaminación moderna.

Por su parte, Kurzchalia se encontró por primera vez con los gusanos mucho más tarde, después de que se acercó para expresar su interés en los informes iniciales de estos nematodos “resucitados” e invitó a un coautor ruso a llevar algunos especímenes a su laboratorio para su análisis.

“Además de la datación por radiocarbono, los autores del nuevo estudio también confirmaron que podían inducir con éxito a los nematodos a entrar y salir del estado de criptobiosis similar a la latencia utilizando señales preparatorias especiales”, menciona el artículo.

Mecanismo de congelación no es realista, segpun Wharton

A su vez, Wharton indicó que el mecanismo de congelación probado por los investigadores no es realista debido a que implicaba secar los nematodos antes de congelarlos abruptamente. Es más probable que en la naturaleza las temperaturas cayeran gradualmente mientras el agua permanecía presente, señaló.

“Esta no es una situación natural. Dado que los nematodos necesitan agua para estar activos y reproducirse, parece más probable que se hayan congelado en contacto con el agua”, dijo.

El nuevo artículo incluye análisis genéticos, que según Kurzchalia son un desafío en este caso porque P. kolymaensis es partenogénica, lo que significa que las hembras de la especie pueden reproducirse sin necesidad de una pareja masculina (aunque normalmente con menos profusión). (Además, los nematodos son triploides y contienen tres copias de cada cromosoma; por lo general, los cromosomas vienen en pares, con la mitad aportada por cada padre).

Kurzchalia dice que un tipo de análisis genético utilizado por el equipo requiere entre 2 mil y 4 mil gusanos. Número que resulta trivial para la especie de laboratorio común C. elegans pero difícil de lograr cuando se trabaja con P. kolymaensis.

Según Adams, la lucha por criar suficientes gusanos valió la pena, y llamó a los análisis genéticos “sólidos e interesantes, independientemente de las preguntas sobre la edad de los animales recuperados”.

Cabe mencionar que durante los análisis, los investigadores también buscaron genes que se sabe que la C. elegans común usa cuando una forma particular de ese gusano, llamada larva dauer, entra en la latencia de la criptobiosis. El laboratorio de Kurzchalia había demostrado previamente que dichas larvas dauer necesitan procesar un azúcar llamado trehalosa para poder sobrevivir al congelamiento. En el nuevo estudio, los genes requeridos para ese proceso también parecían estar presentes en P. kolymaensis, según lo que encontró el equipo.

“Este kit de supervivencia es el mismo que era hace 46 mil años”, aseguró Kurzchalia.

Fuente: elimparcial.com