Los gusanos de sangre, esas pequeñas pero feroces criaturas que habitan en los sedimentos intermareales de los océanos del mundo, han desconcertado a los científicos durante décadas. ¿La razón? Estos gusanos tienen colmillos hechos de cobre, un metal que no se encuentra típicamente en los sistemas biológicos. Pero finalmente, después de 20 años de investigación, los científicos han descubierto el secreto de cómo estos gusanos crean sus dientes de metal.
El descubrimiento no solo es fascinante desde una perspectiva biológica sino que también tiene posibles implicaciones en la ciencia de materiales. En un nuevo artículo publicado en la revista Matter, el profesor Herbert Waite de la Universidad de California, Santa Bárbara, y sus coautores revelan que la clave de los colmillos de cobre de los gusanos de sangre se encuentra en una proteína llamada MTP (proteína multitarea).
MTP tiene seis roles diferentes en la formación de las mandíbulas de los gusanos de sangre. Ayuda al gusano a reclutar iones de Cu2+, hace que la mezcla producida se separe como el agua y el aceite, cataliza la formación del pigmento melanina y ayuda en su polimerización, e integra tanto la melanina como ella misma en películas y fibras. Finalmente, forma puentes entre moléculas usando cobre como puente.
El descubrimiento de MTP proporciona una visión de la química previamente desconocida que permite a los animales formar hidrogeles, que podrían ser útiles en la síntesis de materiales industriales. El estudio también arroja luz sobre la evolución de la morfología animal y la adaptación a sus entornos.
Los gusanos de sangre no solo son fascinantes debido a sus dientes de metal, sino también debido a sus personalidades agresivas. Como señala Waite, “Estos son gusanos muy desagradables en el sentido de que son malhumorados y se provocan fácilmente. Cuando se encuentran con otro gusano, suelen pelear usando sus mandíbulas de cobre como armas”.
A pesar de su naturaleza combativa, los gusanos de sangre son una parte importante de los ecosistemas marinos. Juegan un papel en el ciclo de nutrientes de los sedimentos y son una fuente importante de alimento para muchas otras criaturas marinas.
Así que la próxima vez que camines por la playa y te encuentres con un gusano de sangre, tómate un momento para apreciar sus adaptaciones únicas y la intrincada bioquímica que les permite crear sus temibles colmillos de cobre.
Fuente: cerebrodigital.net