Galileo tenía razón: el principio de equivalencia, probado en el espacio
La universalidad del principio de equivalencia en la caída libre de dos objetos, establecida por Galileo en el siglo XVII, ha podido ser demostrada en el espacio por un minisatélite.
Un equipo de investigadores afiliados a varias instituciones en Francia y Estados Unidos ha descubierto que los objetos de diferente masa que caen en el espacio lo hacen a un ritmo prácticamente idéntico, con un margen de sólo dos billonésimas de un procentaje el uno del otro. El hallazgo se ha publicado en la revista Physical Review Letters.
Casi todos han escuchado la historia de Galileo arrojando dos balas de cañón de diferentes tamaños desde la Torre de Pisa en el siglo XVII para demostrar su teoría de que en ausencia de resistencia del aire, dos objetos caerán al mismo ritmo. Einstein luego refinó la teoría y la agregó a su Teoría de la relatividad general.
Desde entonces, muchos científicos han probado la teoría y siempre ha sido confirmada. Aún así, algunos físicos creen que seguramente habrá excepciones a la teoría debido a la desconexión entre la relatividad general y la mecánica cuántica. En este nuevo esfuerzo, el equipo en Francia ideó un experimento para medir dos objetos que cayeron juntos durante dos años, específicamente, dos trozos de metal en un satélite, para ver si podían detectar una excepción.
Los dos trozos de una aleación de platino-rodio y una masa de aleación de titanio-aluminio-vanadio se instalaron en un dispositivo que el equipo llamó T-SAGE (Twin-Space Accelerometer for Gravity Experiment) que estaba a bordo de un satélite con el acrónimo MICROSCOPE (Micro-Satellite à traînée Compensée pour l’Observation du Principe d’Equivalence).
El T-SAGE fue diseñado para mitigar cualquier cosa que pueda afectar la velocidad de descenso de los objetos que caen, como la luz solar y las vibraciones. Y sus acelerómetros eran altamente especializados. Los investigadores informan que el T-SAGE mostró que los dos objetos cayeron a tasas casi idénticas, en dos billonésimas de un porcentaje el uno del otro. La medida fue lo suficientemente cercana como para informar que no se detectó ninguna violación de Lorentz.
Fuente: EP