Fracasa experimento de modificar mosquitos genéticamente y detener su reproducción
La idea parecía tan simple (con los medios actuales) que muchos se preguntaban la razón por la que no se había intentado antes. El plan: mosquitos modificados genéticamente para que las crías mueran casi de inmediato. Sin embargo, la ciencia no siempre acierta, y todo lo que podía salir mal, ha salido peor.
El proyecto se llevó a cabo en Brasil. La propuesta de los investigadores consistía en mezclar los mosquitos genéticamente modificados con otros insectos que propagan enfermedades en la naturaleza. Una vez puesto en marcha, solo restaba observar como disminuía la población.
Y así fue durante un breve período en la zona de Jacobino, Brasil: la población de mosquitos se desplomó. Ocurre que pasados 18 meses, la misma población se recuperó. Peor aún, aquellos nuevos híbridos genéticos podrían ser más resistentes a los intentos futuros de reducir su número.
¿Por qué acabar con ellos? Hoy sabemos que los mosquitos son capaces de transmitir enfermedades peligrosas como el zika, el dengue y la malaria, y que se están extendiendo más que nunca gracias al cambio climático. Para combatirlos, los científicos han tratado de alterar la genética de los insectos para que no puedan reproducirse. Según el investigador de Yale, Jeffrey Powell, uno de los expertos detrás del estudio que ha certificado el fracaso del experimento:
La afirmación era que los genes de la cepa no entrarían en la población general porque la descendencia moriría. Eso obviamente no fue lo que sucedió.
El lugar elegido tampoco fue baladí. Sin embargo, en Brasil los mosquitos salvajes se aparearon con la población modificada por genes y llegaron a crear un nuevo tipo de híbrido genético que es todavía más robusto que los insectos salvajes existentes.
Cuentan en el trabajo publicado en Nature hace unos días que, si bien la nueva variante no es inherentemente peligrosa, o al menos no más que los conocidos, los investigadores dicen no saber con exactitud cómo cambiarán las cosas para las generaciones futuras. Y aquí está el posible problema. Como zanja Powell en su trabajo, “es el resultado inesperado lo que preocupa”.
Fuente: es.gizmodo.com