CienciaDestacada

Extraen el primer genoma humano completo de restos del antiguo Egipto

Los restos de un hombre enterrado hace más de 4.500 años han permitido a un equipo internacional de científicos secuenciar por primera vez un genoma humano completo de la antigüedad egipcia. El hallazgo ofrece una nueva ventana al pasado genético de una de las civilizaciones más estudiadas del mundo, pero cuya información genética antigua había permanecido inaccesible hasta ahora

Un grupo de investigadores ha logrado secuenciar por primera vez el genoma completo de un ser humano del Antiguo Egipto, a partir de dientes conservados desde hace más de 4.500 años. El hallazgo, publicado en la revista Nature, representa un hito para la paleogenética y aporta nuevas pistas sobre los orígenes ancestrales de las poblaciones que vivieron durante el llamado Reino Antiguo, también conocido como la Edad de las Pirámides.

Los restos pertenecen a un hombre de edad avanzada que vivió entre el 2.800 y el 2.500 a.C., en un periodo que coincide con la construcción de las primeras grandes pirámides. Fueron hallados en el sitio arqueológico de Nuwayrat, a unos 265 kilómetros al sur de El Cairo, y estaban depositados dentro de un recipiente de cerámica, lo que indica que pertenecía a un grupo de estatus alto, aunque no necesariamente a la élite faraónica.

A diferencia de otros restos momificados, cuya conservación genética ha sido deficiente debido al calor extremo del norte de África y al propio proceso de momificación, este individuo fue enterrado antes de que la momificación se volviera una práctica común. Esto facilitó la preservación del ADN en los dientes, que habían sido recuperados en 1902 y permanecieron almacenados desde entonces en museos del Reino Unido.

Durante décadas, diversos laboratorios habían intentado extraer material genético útil de momias egipcias, con poco éxito. En 1985, el genetista Svante Pääbo, premio Nobel en 2022, reportó las primeras secuencias de ADN antiguo de una momia infantil egipcia de 2.400 años. Más tarde se descubrió que dichas secuencias estaban contaminadas con ADN moderno, posiblemente del propio investigador. Otros estudios posteriores apenas lograron recuperar fragmentos parciales.

Por eso, los científicos responsables de este nuevo trabajo (liderado por el paleogenetista Pontus Skoglund, del Instituto Francis Crick en Londres) tenían pocas expectativas. Sin embargo, dos de las muestras dentales extraídas del individuo de Nuwayrat contenían suficiente ADN auténtico como para reconstruir la secuencia completa del genoma. El análisis del cromosoma Y confirmó que se trataba de un varón.

Los resultados revelan que el perfil genético del hombre de Nuwayrat tiene similitudes con el de otras poblaciones antiguas del norte de África y del Medio Oriente, lo que sugiere vínculos poblacionales más amplios en la región durante esa época. Para David Reich, genetista de poblaciones de Harvard no vinculado al estudio, se trata de un avance “increíblemente emocionante e importante”.

Este hallazgo marca el inicio de una nueva etapa en el estudio genético de la civilización egipcia, cuya historia escrita y material es vasta, pero cuya genética antigua sigue siendo un terreno casi inexplorado. Como señala Skoglund, aunque las momias fascinan al público, “probablemente no sean la mejor manera de preservar ADN”. El pasado, a veces, se encuentra en lugares inesperados: en dientes enterrados hace miles de años en una vasija de barro.

Fuente: elespectador.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *