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Experto de la UNAM explica la física que hay detrás de «la mano de Dios» de Maradona

El fútbol y la ciencia tienen una estrecha relación. Por ejemplo, mientras que el balón gira, aplicaciones como la mecánica, la hidrodinámica, la aerodinámica y la fuerza gravitacional actúan.

Este fenómeno fue estudiado vastamente por el investigador Jorge Flores Valdés, del Instituto de Física (IF) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien dedicó parte de su vida académica a desentrañar las jugadas claves del balompié.

El académico, quien falleció el pasado 20 de noviembre, aseguraba que su papel como físico era observar cómo se movía un balón después de ser golpeado por el jugador.

«Voy a olvidar que el balón tiene cierta dimensión y lo voy a considerar como un punto masa, porque es más fácil de analizar. Sabemos que ese punto masa es influenciado por la Tierra, es decir, sube, se desacelera por la fuerza de gravedad que apunta hacia el centro del planeta y luego cae», afirmó Flores Valdés en una publicación de la Agencia Iberoamericana para la Difusión de la Ciencia y Tecnología (DiCYT).

A esta trayectoria la describió como una parábola, que es una forma geométrica que logra un movimiento que parte desde una recta hasta un punto fijo: «Ahí está el primer fenómeno físico», explicó el investigador y promotor de la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) en México.

Entre las jugadas que se dedicó a estudiar el divulgador científico, se ubica el «tiro libre» o también conocido como «tiro con chanfle», una de las técnicas en las que destacaba el futbolista argentino Diego Armando Maradona, y la que le valió el récord de 59 goles a través de este tipo de disparo.

«En los denominados tiros con chanfle la bola gira con respecto a un cierto eje, todo depende de cómo sea golpeada; gira en un eje horizontal, en un eje vertical o en uno inclinado», aseveró el ganador del reconocimiento de Ciencias Exactas, otorgado por la Academia Mexicana de Ciencias.

Flores Valdés expresó que en el tiro libre responde a dos clases de principios de la física. Uno de ellos es el «Bernoulli», que refiere que cuando un movimiento ocurre a mayor velocidad, a lo largo de una línea curva, la presión en el aire será menor. Esto es posible cuando el balón es ubicado a 11 metros de distancias de la línea de gol. La longitud es lo que precipita la velocidad de la pelota, que habitualmente se mueve en línea recta.

El segundo principio es el conocido como «el efecto Magnus», en el que la rotación de un objeto afecta en su propia trayectoria, por factores como la presencia de fluidos como podría ser el caso del aire, otorgándole una fuerza lateral y eso es lo que la desvía de su trayectoria original.

«La mano de Dios», de Maradona desde la visión de la ciencia

El físico Eduardo Vergara hizo un análisis para EL UNIVERSAL de «la mano de Dios», una de las jugadas más recordadas de Maradona que tuvo lugar en el Estadio Azteca durante el Mundial en 1986.

El académico de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM expuso que «el tiempo de reacción de un deportista para un estímulo visual es del orden de 0.15 segundos», a diferencia de una persona promedio quien tarda un aproximado de 0.25 segundos.

De este modo, el especialista reconoció la existencia de dos alternativas para el culmino del gol. «Desde el inicio del salto, Maradona sabía que tendría que darle con la mano a la pelota dado que la jugada se desarrolla en una fracción de tiempo del orden a su tiempo de reacción (premeditación)». La otra de las posibilidades es que actuara «simplemente por impulso del salto, lo que lo llevo a estirar la mano izquierda golpeando el balón», detalló.

Sin embargo, el catedrático estimó que la segunda de las alternativas resultaba poco probable, «dado que el golpe de la pelota alcanzó la dirección adecuada para el gol y un golpe al azar podría tomar cualquier camino, fundamentalmente hacia arriba dado que el movimiento del brazo era en esa dirección».

Ante esta situación, Vergara Arias evaluó que la técnica que propició el gol del argentino fue premeditada, pues «debido a la rapidez de la jugada fue un evento que consideró desde el momento del salto para poder vencer al portero, 20 centímetros más alto que él».

En cuanto a la forma en que un portero reacciona ante el ángulo con el que la pelota se aproximará a la portería, Flores Valdés expresó que, el balón tarda un aproximado de medio segundo para recorrer la trayectoria. Esta misma cantidad de tiempo es la que invierte el cerebro humano para concientizar sobre el movimiento.

«¿Entonces qué pasa? ¿Cómo son buenos porteros?, pues se percatan de cuál es el eje de rotación de la pelota que se proyectó y se dan cuenta de ello porque tienen buena vista y anticipan si caerá o hará chanfle. Así, se desplazan a donde esperan llegue la pelota», detalló.

No todo depende del jugador

Además, el físico explicó la importancia de tomar en cuenta cómo afecta el material del balón en su trayectoria, ya que «la forma y superficie del balón, si es rugosa, muy lisa o si tiene diseños, todo eso afecta el movimiento de la pelota y tiene mucho que ver con el rebote en el suelo; también está la masa y el diámetro de la pelota».
Además el aire puede producir un cambio radical en el movimiento más evidente, pues así como hace que se mueva más rápido en una dirección, es más lento en otra.

«Entonces la presión que ejerce es diferente arriba y abajo y eso cambia la trayectoria, por lo que puede engañar al portero, que al principio espera algo parecido a la trayectoria parabólica, pero como gira en el aire, se puede desviar y es lo que hace que se vaya a meter en el arco, en la esquina o en el ángulo», advirtió el académico.

A lo largo de su carrera, el también presidente de la Sociedad Mexicana de Física se dedicó a identificar qué fenómenos físicos intervienen en las tácticas futbolísticas. Entre ellas señaló que la patada es motivada por la fuerza impulsiva, cuando el pie produce una reacción de movimiento en la bola. La hace girar para acá, hacia allá, o no la hace girar; está el fenómeno de la colisión y de la fuerza impulsiva, luego el movimiento de un cuerpo en el campo gravitacional de la Tierra», añadió.

El secreto para obtener los mejores puntajes en el marcador, de acuerdo con Flores Valdés, no es una situación consiente o controlada por el futbolista.

«Una decena de efectos físicos repercuten en el movimiento del balón. Los que saben pegarle bien, los utilizan de una manera u otra para tratar de lograr su objetivo, que es meter un gol. Pero lo más interesante es que todo eso lo hacen de manera inconsciente, pues muchas de estas situaciones surgen de haberlas repetido un millón de veces», puntualizó.

Fuente: pulsoslp.com.mx