Estar enamorado favorece los anticuerpos contra virus y enfermedades: investigador de la UNAM
En la primera fase de una relación romántica, se incrementa la actividad de nuestro sistema inmunológico, y nos volvemos más resistentes contra microorganismos, como por ejemplo, el COVID-19
Estar enamorados puede hacernos más resistentes al COVID-19.
Así lo afirmó Ignacio Camacho Arroyo, académico de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante la videoconferencia “Los ingredientes bioquímicos del amor”.
Según el experto, en las etapas iniciales del enamoramiento se refuerza la respuesta del sistema inmune, y con ello, aumentan las defensas contra cualquier microorganismo, incluido el nuevo coronavirus.
Durante los tres o cuatro primeros meses de una relación romántica, nuestro cuerpo produce hormonas y neurotransmisores específicos. Además, en esta fase, explicó Camacho Arroyo, los científicos han demostrado que se incrementa la expresión de los genes que se asocian a la actividad inmunológica, como el ZADH2, el CD1C, el ISG15, el LOC652694, o el IG5F6, entre muchos otros.
“Algo que es muy interesante es cómo el estar enamorado puede modificar la actividad del sistema inmunológico. Y lo que se ha visto es que todos estos genes [relacionados con la respuesta inmunológica] se incrementa su expresión, es decir, que tenemos un sistema inmunológico superactivo. Entonces, si estamos bien enamorados y nos llegara el COVID, es mucho más probable que podamos resistir a este maléfico virus”, aclaró.
Aunque a muchos nos gusta describir el amor romántico como un momento mágico envuelto en un halo de fantasía, en términos estrictamente científicos, el enamoramiento no es más que un conjunto de reacciones biológicas de nuestro cuerpo, -entre estas, el aumento de las defensas-.
“Desde el punto de vista biológico, se considera al amor como un fenómeno integral en el que participa todo el organismo, principalmente nuestro cerebro, diferentes glándulas, y que van a estar produciendo diferentes mensajeros químicos, y que van a estar comunicándose entre todos ellos, y que al final de cuentas, nuestro cuerpo va a reaccionar como un todo integral a lo que es el amor”, explicó el doctor.
En una relación podrían distinguirse tres fases: el enamoramiento, el amor pasional o de consolidación o el amor de compañía. En la primera, se activan y desactivan diversas regiones cerebrales. Mientras que las zonas estimuladas tienen que ver con la confianza y la seguridad, las inactivas se relacionan con el juicio y la percepción de la realidad.
“Cuanto se está en la etapa inicial del enamoramiento, la percepción de la realidad es un poco diferente de lo que ocurre, pero esta activación o desactivación de las zonas del cerebro no dura toda la vida”, agregó Camacho Arroyo.
Además, se producen otras modificaciones importantes a nivel hormonal, como el aumento de los niveles de testosterona en la mujer, y la disminución de la misma en los hombres. En esta etapa hay también mucha incertidumbre y estrés por el futuro que deparará a la pareja, lo que se traduce en un aumento de los niveles de cortisol.
“Estos cambios en los niveles hormonales, al igual que los que ocurren en el cerebro, son temporales y varían de pareja a pareja, dependiendo de cómo se den los primeros meses meses de relación. Muchos autores dicen que en los primeros tres o cuatro meses ya se empiezan a reestablecer a algunos de los niveles previos al enamoramiento”, aclaró.
Así, se entiende que el nivel extra de defensas contra el COVID-19 queda reservado para los recién enamorados, y comienza a mitigarse aproximadamente al superar los primeros cuatro meses.
Fuente: infobae.com