El esqueleto de la rana pirenaica, al descubierto

Rana pyrenaica es la rana parda más pequeña, con adultos que alcanzan un tamaño máximo de 5,5 cm y presentan una morfología robusta. Su ancestro era probablemente una rana más terrestre, pero la especie ahora descrita se volvió más acuática, para ocupar los torrentes de alta montaña.

A pesar de que la especie había sido descrita en 1993, su esqueleto nunca había sido estudiado. Una reciente publicación de Hugo Blain, investigador del IPHES, y de Óscar J. Arribas, investigador independiente, representa la primera descripción de los huesos de esta pequeña rana. Este estudio facilita el diagnóstico correcto de la especie en asociaciones fósiles y su identificación como presa de otros vertebrados en estudios tróficos.

Su adaptación a este entorno dio lugar a unas patas y unos pies (en particular el tercer dedo) más largos, ciertos elementos óseos del cráneo más alargados y delgados, una articulación entre el atlas y el cráneo más flexible. De su ancestro más terrestre (Rana temporaria), la pirenaica ha conservado su morfología esquelética general robusta pese a su pequeño tamaño, las proporciones del cráneo, la morfologia general del maxilar y el esfenetmoideo, el grado de fusión entre los frontoparietales y la baja cresta dorsal sobre el ilion, punto de atadura de unos músculos importantes para la locomoción.

La Rana pyrenaica es endémica de la cordillera de los Pirineos, donde se encuentra generalmente en arroyos de montaña con aguas frías y bien oxigenadas de corriente rápida, especialmente durante el deshielo a finales de la primavera. Vive en altitudes entre 780 y 2.100 m.

Su distribución se limita principalmente a las partes central y occidental de las laderas meridionales de los Pirineos (Aragón y Navarra), desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido al este, hasta la zona de Irati en el oeste. Algunas poblaciones se han encontrado a 780 m de altitud en el área forestal de Irati, donde también entra en territorio francés a lo largo de pequeños barrancos pertenecientes a la cuenca del Ebro.

Saltos largos para zambullirse y nadar

Las ranas pardas tienen varios modos de vida: algunas son muy terrestres y solo entran en aguas tranquilas para su reproducción, pero R. pyrenaica está adaptada a una vida más acuática, vive sólo en la orilla de las aguas corrientes y su comportamiento de escape consiste en saltos largos para zambullirse en el agua y luego nadar. Este modo de vida implica nadar en aguas de fuerte corriente, encajando en estrechas grietas y anclándose entre piedras para evitar ser arrastrada.

Fuente: SINC