¿Eres zurdo? Podrías tener variaciones raras en tu ADN en este gen

Un estudio señala que las personas cuya mano izquierda es dominante suelen tener 2,7 más probabilidad de contener variantes raras en el gen TUBB4B, relacionado con el ‘esqueleto’ de las células

De cada cien personas que nacen, diez son zurdas. Esa es la proporción de una condición más o menos común que la ciencia lleva intentando explicar desde hace mucho tiempo. Hasta ahora, se sabe que las personas que manejan la mano izquierda con mayor destreza que la derecha poseen un hemisferio derecho más dominante para el control de esta extremidad -al contrario de lo que ocurre con las personas diestras-. Además, se sabe que este desarrollo asimétrico (en el que la parte opuesta rige el control de algo que se manifiesta en el lado contrario) se desarrolla en las etapas tempranas de la vida, por lo que los científicos sospechan que los genes tienen que estar involucrados, de alguna forma, en esta característica.

En los últimos años, gracias al biobanco del Reino Unido (una base de datos biomédica a gran escala y un recurso de investigación que contiene información genética y de salud detallada y no identificada de medio millón de participantes británicos) se han descubierto pistas de cómo el ADN está relacionado con la zurdera.

Por ejemplo, un estudio de 2020 publicado en ‘Nature Behaviour’ encontró 41 mutaciones genéticas comunes vinculadas con la tendencia a ser zurdo y otras siete con ser ambidiestro. Algunas de estas variantes implican genes que codifican microtúbulos, que forman parte del citoesqueleto, el andamiaje o ‘esqueleto’ que da forma a las células. Sin embargo, aún no está claro cómo estos genes están involucrados en la lateralidad.

Ahora, científicos de Países Bajos han cambiado el enfoque y han buscado respuestas no entre variantes genéticas comunes, sino variantes genéticas raras (es decir, que afectan a menos del 1% de la población) para intentar encontrar el ‘gen de la zurdera’. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘Nature Communications’, si bien han suscitado bastante polémica.

El secreto de TUBB4B

Para investigar más a fondo, Clyde Francks y sus colegas del Instituto Max Planck recurrieron al biobanco utilizando datos de unas 350.000 personas; en concreto, de 38.043 zurdos y 313.271 diestros. Entre sus genomas, se fijaron concretamente en los exomas (parte del genoma que codifica proteínas que crean los microtúbulos anteriormente descritos).

A nivel poblacional, se encontró que la heredabilidad de la zurdera debido a variantes de codificación raras era baja, poco menos del 1%. Descubrieron que un gen, llamado TUBB4B , que codifica una proteína de microtúbulos, tiene 2,7 veces más probabilidades de contener variantes de codificación raras en personas zurdas. Es decir, si eres zurdo, tienes casi tres veces más de posibilidades de tener una modificación que tiene menos del 1% de la población en tu gen TUBB4B.

“Solo han podido detectar variantes genéticas muy raras (poco frecuentes) en heterocigosis en un gen, TUBB4, en menos de 29 personas zurdas (es decir, en menos de un uno por mil individuos zurdos). Estas variantes identificadas no las han encontrado en personas diestras, aunque sí se han encontrado otras variantes similares en el mismo gen en 89 personas diestras”, explica para SMC Gemma Marfany, catedrática de Genética de la Universitat de Barcelona y jefa de grupo del CIBERER, quien es crítica con el estudio. “Aunque el trabajo de secuenciación y análisis sea correcto, la interpretación de los resultados me parece sobrevalorada. El valor estadístico de predicción, con estos números tan, tan bajos, es irrelevante, ya que no puede demostrarse que este gen sea determinante para esta característica, particularmente considerando que ser zurdo es muy frecuente en la población. No creo que pueda concluirse que se ha encontrado el gen de la zurdera”.

Por su parte, Amaia Carrión, científica del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) y research fellow Marie Skłodowska-Curie e Ikerbasque, señala que “este estudio nos indica que, además de la variación común estudiada hasta ahora, la variación genética rara también está implicada, pero los efectos observados son muy pequeños y, por lo tanto, solo son detectables en este tipo de estudios con muestras muy amplias”.

Fuente: abc.es