El secreto para una larga vida según el hombre más longevo del mundo
A sus 112 años recién cumplidos, este hombre supercentenario se acuesta y se levanta de la cama sin ayuda, y también maneja sus propias finanzas. ¿Cuál es su secreto para llegar mentalmente sano a tal edad?
John Alfred Tinniswood nació el mismo año en que se publicó la primera foto en color de la prensa española. Cuatro meses antes de su llegada al mundo, se hundía el Titanic a unos 740 kilómetros de Terranova (Canadá). Y también, el principio de su vida coincidió con el fin de la dinastía Qing en China. Hablamos, pues, del hombre más longevo del mundo, quien acaba de cumplir en 2024 nada más y nada menos que 112 años.
Del mismo modo que María Branyas, que era la mujer más longeva del mundo hasta su fallecimiento el pasado 19 de agosto, Tinniswood es un supercentenario: es decir, pertenece al grupo muy limitado de personas en el mundo que consiguen superar la barrera de los 110 años.
Su vitalidad, sin embargo, no encaja con la idea que asociamos a tal cifra: de acuerdo con una reciente entrevista para Guinness World Records, se acuesta y se levanta de la cama sin ayuda, sigue la actualidad política a través de la radio y maneja sus propias finanzas.
Todo ello lleva a preguntarse: ¿cuál es el secreto para llegar a esa edad? Y sobre todo, ¿para llegar con unas capacidades mentales en buen estado? Esto es lo que revela el ejemplo de John Alfred Tinniswood, quien está a solo 13 meses de hacerse con el puesto de primer británico más veterano de la historia.
Un hábito diario podría estar entre los factores
En la entrevista, el supercentenario señaló que su título de hombre más longevo del mundo no significaba nada para él: «Honestamente, no es diferente. No me siento de esa edad, no me emociono. Probablemente por eso la he alcanzado. Me lo tomo con calma como cualquier otra cosa». Ni siquiera las tarjetas de cumpleaños que recibió por parte de la Corona británica desde que cumplió los 100 años le hicieron sentirse diferente.
«Yo era bastante activo cuando era joven; caminé mucho», señaló John Alfred Tinniswood.
En esta línea, y aunque suene a tópico, John Alfred Tinniswood dijo en referencia a su longevidad que el secreto es que no hay secreto. En otras palabras, si bien muchos científicos están trabajando en el campo del envejecimiento para determinar los factores que hacen que algunas personas vivan tantos años, desde su punto de vista no cree haber hecho nada especial para alcanzar dicha cifra.
La única actividad que destaca en su trayectoria de vida es caminar: «Yo era bastante activo cuando era joven; caminé mucho», indicó. Así, aunque no se tienen detalles sobre cómo realizaba este ejercicio (con qué frecuencia e intensidad), esto corresponde con una de las recomendaciones más habituales de la comunidad médica para alargar la vida.
Un estudio de 2022, por ejemplo, reveló que añadir 1.000 o incluso 500 pasos a la rutina diaria puede conducir a una vida más larga. Un dato al que el Dr. Maciej Banach, cardiólogo y uno de los autores de la investigación, añadió: «El mensaje es que no tienes que caminar mucho para conseguir grandes beneficios. Tan solo caminar 1.000 pasos adicionales al día puede ser muy importante».
Asimismo, un estudio observacional del biobanco de Reino Unido sugirió en 2019 que el ritmo de la marcha también podría influir en la longevidad. Concretamente, se encontró que los caminantes rápidos tenían una esperanza de vida más larga, incluso cuando estos presentaban condiciones físicas menos favorables como sobrepeso u obesidad.
Podríamos decir, con esto, que el apunte de John Alfred Tinniswood cuenta con un amplio respaldo científico. Sin embargo, no sería necesariamente extrapolable a otros casos como el de María Branyas o Jiroemon Kimura, quien vivió desde 1897 hasta 2013.
¿Qué dice la ciencia sobre los supercentenarios?
La actitud despreocupada de John Alfred Tinniswood con respecto a su edad encaja con otro de los factores que la ciencia ha atribuido, sobre todo en los últimos años, a la longevidad: el buen manejo del estrés. También así lo destacó María Branyas en su última entrevista a Guinness World Records: «orden, tranquilidad, estabilidad emocional y ausencia de preocupaciones».
Y es que es ampliamente sabido que el estrés provoca una serie de efectos negativos en la salud (entre ellos, problemas de sueño y un sistema inmunitario más débil) que se asocian a una reducción de la esperanza de vida, apuntan diversas investigaciones.
Por otro lado, uno de los científicos más reputados en el ámbito del envejecimiento, Manel Esteller, enumeró en un Diálogo National Geographic otros factores como la dieta, unas interacciones sociales ricas y positivas, y un clima amable. ¿Ha cumplido Tinniswood estas condiciones a lo largo de su vida? No se ha estudiado a fondo su caso, pero se sabe que ha vivido toda su vida en el Reino Unido (específicamente en Liverpool) y que celebró su cumpleaños número 112 acompañado de su familia y sus amigos.
Con respecto a la genética, en el árbol genealógico de varios supercentenarios se han detectado casos de antepasados que superaban los 90 años, lo que indica que esto también podría influir. Sin embargo, una buena herencia natural no es suficiente para vivir más y mejores años: hoy, la investigación científica se centra más bien en identificar todos aquellos elementos atribuibles a la longevidad que sí están en nuestras manos, como los anteriormente mencionados.
John Alfred Tinniswood se siente mentalmente mucho más joven de lo que es, describe Guinness World Records. No se sabe si es por haber «caminado mucho» cuando era joven, por haber trabajado organizando los suministros de los soldados durante la Segunda Guerra Mundial o por comer «una porción de pescado y papas fritas todos los viernes», como él mismo admite.
Si hay algún secreto o fórmula común entre todos los supercentenarios, la ciencia todavía no la hallado. Lo que sí está claro es que, en este ámbito, analizar casos individuales como el de Tinniswood puede ser clave para ir desvelando, poco a poco, los enigmas de la longevidad: ese concepto que no se refiere únicamente a vivir más años, sino más bien a vivirlos con salud.
Fuente: nationalgeographic.com.es