El puñetazo de un hombre es un 162 % más fuerte, de promedio, que el de una mujer

A niveles similares de forma física, la fuerza media de los hombres al propinar un puñetazo es un 162% mayor que la de las mujeres, según un nuevo estudio. Incluso el hombre más débil continúa siendo más fuerte que la mujer más fuerte si lo que evaluamos en la potencia de su puñetazo.

Este es un nuevo ejemplo de cómo el dimorfismo sexual de nuestra especie ha propiciado que el hombre se haya especializado más en la pelea física directa.

Dimorfismo sexual

El dimorfismo sexual define las variaciones en la fisonomía externa, como forma, coloración o tamaño, entre machos y hembras de una misma especie y se presenta en la mayoría de las especies, en mayor o menor grado. Una de las principales características morfológicas que diferencian a los hombres y a las mujeres, es la distribución de la grasa abdominal.

La fuerza muscular también parece ser un rasgo distintivo, y que esa fuerza se ha aumentado particularmente para pelear, tal y como sugiere este nuevo estudio publicado en Journal of Experimental Biology.

La parte superior del cuerpo de los hombres tiene, de media, un 75% más masa muscular y 90% más de fuerza que las mujeres. Con todo, la evaluación de la potencia de un puñetazo es donde el hombre parece mucho más fuerte, no en el resto de áreas, pues los autores del estudio no han hallado la misma magnitud de diferencia a la hora de lanzar algo por encima de la cabeza. Esto refuerza la idea de que esta mayor fuerza en la parte superior del cuerpo se ha especializado en pelear más que en lanzar objetos.

Otros estudios sugieren tanto que las proporciones no son un plus para la destreza manual, sino que también protegen la mano cuando se forma en un puño, como que la fuerza de los huesos de la cara (como un objetivo probable de un golpe) y nuestros talones, plantados en el suelo, pueden conferir potencia adicional a la parte superior del cuerpo.

Otra característica en la que hay una gran diferencia entre hombres y mujeres reside en la llamada fuerza de agarre (hand grip strength): el 90% de las mujeres tiene menos fuerza que el 95% de los hombres.

Naturalmente, estos estudios no justifican la violencia de los hombres, ni la banalizan. Al contrario: si nuestro objetivo es minimizar todas las formas de violencia en el futuro, entonces comprender nuestras tendencias y cuál es nuestra naturaleza realmente ayudará a una gestión más eficaz de la misma.

Fuente: xatakaciencia.com