El lado oculto de lo ‘light’: edulcorantes que envejecen el cerebro casi dos años
Lo que parecía un aliado de la salud podría esconder un precio invisible. Un estudio de la Universidad de São Paulo reveló que el consumo elevado de edulcorantes artificiales acelera el envejecimiento cerebral en 1,6 años. La memoria y la fluidez verbal son las más afectadas, encendiendo alarmas sobre lo “sin azúcar”
Las etiquetas “cero calorías” y “sin azúcar” suelen inspirar confianza. Sin embargo, un estudio publicado en Neurology por la Universidad de São Paulo revela un efecto inquietante: los edulcorantes artificiales podrían adelantar el reloj del cerebro casi dos años. Durante ocho años, más de 12.000 personas fueron seguidas de cerca, y los resultados muestran un vínculo directo entre estos endulzantes y el deterioro cognitivo. Lo que endulza el paladar podría amargar la memoria.
Un enemigo disfrazado de inocuo
Los edulcorantes artificiales como el aspartamo, la sacarina, el acesulfamo-K o el eritritol nacieron como sustitutos “más saludables” del azúcar. Su poder es tal que basta una mínima cantidad para lograr un sabor intenso. Pero el estudio brasileño mostró que quienes consumían más edulcorantes presentaban un 62% más de deterioro cognitivo global que los de menor consumo.
La fluidez verbal se redujo un 173% más y la memoria un 32%. En otras palabras: lo que parecía un recurso para controlar el peso podría acelerar el desgaste de las funciones mentales.
La medida del riesgo
Los grandes consumidores ingerían un promedio de 191 miligramos diarios, equivalente a una cucharadita de edulcorante artificial. Para ponerlo en contexto, una sola lata de gaseosa “light” endulzada con aspartamo contiene entre 200 y 300 miligramos, según la OMS. La ingesta más baja registrada fue de apenas 20 miligramos.
Aunque el deterioro cognitivo es parte natural del envejecimiento, este patrón equivale a sumar 1,6 años al reloj biológico del cerebro.
Posibles explicaciones
Los investigadores sugieren dos mecanismos principales: neurotoxicidad y neuroinflamación provocadas por metabolitos derivados de los edulcorantes. Aunque los estudios en animales aún no ofrecen respuestas definitivas, aportan pistas que apuntan a procesos de inflamación y estrés celular en el sistema nervioso.
La doctora Claudia Kimie Suemoto, coautora del estudio, advirtió: “No podemos afirmar que los edulcorantes causen deterioro cognitivo, pero sí que están asociados con trayectorias cognitivas más desfavorables”.
Lo que falta por descubrir
El estudio, de carácter observacional, no incluye a la sucralosa —hoy muy popular— porque en los años del seguimiento (2008–2016) no era tan consumida en Brasil. Los autores subrayan que se necesitan ensayos clínicos más controlados para confirmar estos hallazgos y medir con precisión sus efectos en la salud cerebral.
Entre el dulce y la memoria
Los edulcorantes artificiales han sido presentados como salvación frente al azúcar. Sin embargo, este estudio plantea una paradoja inquietante: ganar en calorías puede costar en memoria. La decisión no es sencilla, pero la ciencia recuerda que lo “sin azúcar” no siempre significa lo “sin riesgo”.
Fuente: es.gizmodo.com