Diseñan prueba de ADN para identificar neumonía por covid-19
Investigadores de la Universidad de Cambridge diseñaron una prueba rápida de ADN capaz de identificar a los pacientes propensos a desarrollar neumonía durante la respiración asistida por el COVID-19 , por lo que su uso ayudaría al personal médico a aplicar un tratamiento adecuado oportunamente y evitar el uso inapropiado de antibióticos
Desde que se identificó el nuevo coronavirus, en diciembre del 2019, la ventilación mecánica ha sido una de las únicas alternativas que ha mantenido con vida a los pacientes más vulnerados por la enfermedad. Su uso consiste, principalmente, en controlar la inflamación de los pulmones y restablecer la respiración.
Sin embargo, este tratamiento también implica riesgos, ya que la posibilidad de contraer otra infección por bacterias y hongos, durante la hospitalización, se duplica. Los investigadores denominaron a este fenómeno como “neumonía asociada al ventilador”.
En este contexto, los especialistas, liderados por los doctores Gordon Dougan, Vilas Navapukar y Andrew Conway Morris desarrollaron una prueba de ADN “de mayor rendimiento” que auxiliará a los clínicos con la información adecuada para establecer un tratamiento específico, en el cual ya no será necesario esperar días para su aplicación, sino tan sólo un par de horas.
Los resultados, publicados en “Critical Care”, exponen que los pacientes que atraviesan una enfermedad grave por el COVID-19 y son hospitalizados, tienen mayor riesgo de desarrollar neumonías secundarias durante su estancia en terapia intensiva, causadas por patógenos inmunes a los antibióticos suministrados.
Esto ocurre debido a la cantidad de daño pulmonar, ya que las personas infectadas por el SARS-CoV-2 tienden a pasar más tiempo en un ventilador que los pacientes sin COVID-19 que también lo requieren. Además -aseveraron los investigadores- los pacientes tienen un sistema inmunológico mal regulado y funciones antimicrobianas deterioradas, ya que las células inmunitarias dañan los órganos y el peligro aumenta.
“Al principio de la pandemia notamos que los pacientes con COVID-19 parecían estar particularmente en riesgo de desarrollar neumonía secundaria y comenzamos a usar una prueba de diagnóstico rápido que habíamos desarrollado para tal situación”, narró Conway Morris, consultor de cuidados intensivos.
Se le conoce como neumonía secundaria a la infección producida en el transcurso de otra enfermedad. De acuerdo con los autores del estudio, este tipo de dolencia es difícil de diagnosticar, en vista de que las muestras bacterianas de los pacientes deben cultivarse en un laboratorio, lo que requiere mucho tiempo.
Para identificar este tipo de neumonía, los estudiosos de la Universidad de Cambridge adoptaron un enfoque alternativo al detectar el ADN de diferentes patógenos, lo que permite realizar pruebas más rápidas y precisas. El test está basado en la reacción en cadena de la polimerasa múltiple (PCR) porque es capaz de detectar a las bacterias antes de que crezcan.
“A menudo, los pacientes ya han comenzado a recibir antibióticos antes de que las bacterias hayan tenido tiempo de crecer en el laboratorio”, explicó Morris. “Esto significa que los resultados de los cultivos suelen ser negativos, mientras que la PCR no necesita bacterias viables para detectar, lo que hace que esta sea una prueba más precisa”.
La prueba desarrollada por Martin Curran, especialista en diagnósticos de PCR del laboratorio de Cambridge, utilizó múltiples reacciones de PCR en paralelo y puede detectar simultáneamente 52 patógenos diferentes, que comúnmente infectan los pulmones de pacientes en tratamiento intensivo.
“Descubrimos que aunque los pacientes con COVID-19 tenían más probabilidades de desarrollar neumonía secundaria, las bacterias que causaron estas infecciones eran similares a las de los pacientes de la unidad de cuidados intensivos (UCI) sin COVID-19 “, agregó Mailis Maes, coautor del estudio. Por lo que concluyó que los protocolos de antibióticos estándar podrían aplicarse a las personas con el nuevo coronavirus.
Los autores del trabajo expresaron que este es uno de los primeros logros en los que dicha tecnología se ha utilizado en la práctica clínica habitual. Recientemente fue aprobada por el hospital de Addenbrooke en Reino Unido, por lo que esperan que con prontitud beneficie a mayor número de pacientes.
Fuente: El Universal