Ciencia

Diseñado un parche conductor de la electricidad para reparar los corazones infartados

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de mortalidad global. De hecho, solo en 2012 fueron responsables de cerca del 31 por ciento de todos los decesos –o lo que es lo mismo, de unos 17.5 millones de muertes– acaecidos en el planeta, principalmente por accidentes cerebrovasculares –o ictus– e infartos de miocardio. Y es que estos dos episodios no solo se asocian a una elevada tasa de fallecimientos, sino que dejan secuelas muy graves que favorecen la aparición de nuevas enfermedades cardiovasculares. Por ejemplo, los infartos provocan unas lesiones en el corazón que, aun cicatrizadas, dificultan, y mucho, la transmisión de los impulsos eléctricos que posibilitan un latido normal. El resultado es la aparición de arritmias potencialmente mortales. 

Entonces, ¿no hay nada que se pueda hacer? Pues sí, y parece que quizás no sea necesario esperar a las ansiadas terapias génicas con células madre. Y es que un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sídney (Australia) ha desarrollado un parche que mejora la conducción de los impulsos eléctricos del corazón, por lo que solo habría que colocarlo para ‘puentear’ las zonas de tejido miocárdico dañadas por un infarto. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratas.

Como explica Sian Harding, co-autor de esta investigación publicada en la revista Science Advances, “los infartos de miocardio crean una cicatriz que ralentiza e interrumpe la conducción de los impulsos eléctricos a través del corazón. Una situación que da lugar a trastornos potencialmente fatales del ritmo cardiaco. Y en este contexto, nuestro parche de polímero conductor de la electricidad está diseñado para abordar este serio problema”.

Impulsos ‘puenteados’

El nuevo parche es muy flexible y está fabricado con tres componentes: una película de quitosano –o ‘chitosán’–, polímero que se encuentra en los caparazones de algunos crustáceos y que suele ser utilizado como aditivo alimenticio; polianilina, polímero conductor de la electricidad; y ácido fítico, sustancia que se encuentra en las plantas y que se añade para activar el estado conductor de la polianilina.

Asimismo, el parche ha sido diseñado para que se adhiera el tejido miocárdico, por lo que no hay que recurrir a los puntos de sutura para que permanezca en su sitio. Como indica Damia Mawad, directora de la investigación, “no se requieren puntos de sutura para adherirlo, por lo que es mínimamente invasivo y menos dañino para el corazón”.

Es más; el parche tiene la capacidad de llevar a cabo la conducción de los impulsos eléctricos incluso en un medio líquido. Como refiere la directora del estudio, “los polímeros conductores funcionan cuando están secos, pero muchos pierden su capacidad conductora de forma muy rápida cuando se colocan en los fluidos corporales. Pero nuestro parche libre de suturas representa un gran avance. Hemos demostrado que es estable y mantiene su conductividad en condiciones fisiológicas durante más de dos semanas, mientras que los otros ya diseñados suelen durar un único día”.

Aún habrá que esperar

La pregunta que entonces se plantea es: ¿realmente funciona? Pues para averiguarlo, los autores emplearon un modelo animal –ratas– al que habían provocado un infarto de miocardio. Y lo que observaron es que el parche fue capaz de mejorar la conducción de los impulsos eléctricos a través de las cicatrices del corazón.

En palabras de Damia Mawad, “prevemos que los pacientes que han sufrido un infarto podrán llevar parches que actúen como un puente entre los tejidos sanos y los cicatrizados para, así, prevenir las arritmias cardiacas. Sin embargo, nuestro parche se encuentra todavía en las primeras fases de desarrollo, si bien es cierto que puede utilizarse en investigación básica para aumentar nuestro conocimiento sobre la interacción entre los materiales y los tejidos”.

Como concluye Molly Stevens, co-autora de la investigación, “el parche puede ayudarnos a entender mejor cómo los materiales interactúan como el tejido coronario e influyen sobre la conducción eléctrica en el corazón. Y asimismo, para profundizar en nuestro conocimiento sobre los cambios fisiológicos asociados a los infartos de miocardio”.

Fuente: abc.es