Dimensiones ocultas parecen influir en las ondas gravitacionales
Físicos del Instituto Albert Einstein han encontrado que dimensiones ocultas -como las que se predicen por la teoría de cuerdas- podrían influir en las ondas gravitacionales.
En un artículo publicado en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, estudian las consecuencias de dimensiones adicionales en estas ondas en el espacio-tiempo y predecir si sus efectos podrían ser detectados.
La primera detección de ondas gravitacionales por LIGO desde un binario de agujero negro en septiembre de 2015 ha abierto una nueva ventana al universo. Ahora parece que con esta nueva herramienta de observación los físicos no sólo pueden rastrear agujeros negros y otros objetos astrofísicos exóticos, sino también comprender la propia gravedad.
«Comparado con otras fuerzas fundamentales como, por ejemplo, el electromagnetismo, la gravedad es extremadamente débil», explica David Andriot, uno de los autores del estudio. La razón de esta debilidad podría ser que la gravedad interactúa con más de las tres dimensiones en el espacio y una dimensión en el tiempo que son parte de nuestra experiencia cotidiana.
Las dimensiones extra que están ocultas porque son muy pequeñas son una parte indispensable de la teoría de cuerdas, uno de los candidatos prometedores para una teoría de la gravedad cuántica. Se busca una teoría de la gravedad cuántica, unificando la mecánica cuántica y la relatividad general, para entender lo que ocurre cuando se involucran masas muy grandes a muy pequeñas distancias, dentro de un agujero negro o en el Big Bang.
«Los físicos han estado buscando dimensiones adicionales en el Gran Colisionador de Hadrones en el CERN, pero hasta ahora esta búsqueda no ha dado resultados», dice Gustavo Lucena Gómez, el segundo autor del artículo. «Pero los detectores de ondas gravitacionales podrían ser capaces de proporcionar evidencia experimental».
Los investigadores descubrieron que las dimensiones adicionales deberían tener dos efectos diferentes sobre las ondas gravitacionales: modificarían las ondas gravitatorias «estándar» y causarían ondas adicionales a altas frecuencias por encima de 1.000 hertzios. Sin embargo, la observación de este último es improbable ya que los detectores de ondas gravitacionales terrestres existentes no son lo suficientemente sensibles a altas frecuencias.
Fuente: Europa Press