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Descubrieron una especie anterior a los dinosaurios y los cocodrilos

Hace 245 millones de años, cuando lo que hoy es la India formaba parte del supercontinente Pangea y se encontraba en el hemisferio Sur, más o menos a la misma latitud que el Norte de la Argentina actual, esos territorios eran surcados por una fauna extraña: animales que caminaban como un lagarto, tenían cuernos y, aparentemente, eran herbívoros.

En la edición de hoy de Scientific Reports, Martín Ezcurra, paleontólogo argentino del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, y dos colegas del Instituto de Cálculo de la India, Saradee Sengupta y Saswati Bandyopadhyay, levantan el velo del pasado para dar a conocer esta nueva especie, una de las formas ancestrales que precedieron a cocodrilos y a dinosaurios. La llaman Shringasaurus indicus (por shringa, cuernos, en sánscrito, y sauros, reptil).

“En esa época, el centro de la India, donde fueron encontrados estos restos, era un paisaje semiárido con ríos que lo surcaban aquí y allá -cuenta Ezcurra-. De hecho, los huesos que estudiamos fueron depositados por el flujo de un río en una formación llamada Denwa.”

Los investigadores calculan que el Shringasaurus debe de haber medido entre tres y cuatro metros de largo, un tamaño comparable con esimilar al de un cocodrilo del Nilo. Tenía la cabeza relativamente chica, cuello largo, miembros con postura lateral, similares a los de un lagarto, y característicases que compartirían tanto los cocodrilos como los dinosaurios y, sus descendientes, las aves.

“Por ejemplo -ilustra Ezcurra-, la articulación del tobillo, que más adelante van a retener los cocodrilos, el Teleocrater -, «abuelo» de los dinos (también descripto por el científico como parte de un equipo internacional)-, y los dinosaurios.”, ilustra Ezcurra.

Los dientes, con forma de hoja y grandes cúspides, sugieren que debe de haber tenido una dieta herbívora, pero de los restos no se puede inferir si era completamente terrestre.

Las sorpresas que deparó este hallazgo son múltiples. Por un lado, el número de huesos recuperados: “Mmás de 300, algo poco común para un organismo de esta antigüedad -subraya Ezcurra-. Forman gran parte del esqueleto. Pertenecen a ocho individuos, juveniles y adultos, algo que no se da comúnmente en el registro fósil.”.

Otro dato inesperado y significativo es que tenía cuernos. “Ya conocíamos varios dinosaurios con cuernos, como el Triceratops o el Carnotaurus, pero creíamos que estaban restringidos al Mesozoico y este hallazgo los precede en más de 100 millones de años -explica Ezcurra-. Algo interesante es que los de los individuos juveniles son más pequeños y gráciles, y los más adultos, curvados hacia adelante. Esto es algo muy común de los llamados «caracteres sexuales secundarios», que favorecen la búsqueda de parejas reproductivas. Uno de los casos más extremos es la cola del pavo real, que dificulta su desplazamiento e implica un alto costo energético para transportarla y desarrollarla. Desde el punto de vista evolutivo sería poco funcional y debería haber desaparecido, pero se preservó porque los machos con grandes colas son preferidos por las hembras. En el caso de los antílopes, por ejemplo, los ejemplares más jóvenes tienen cuernos más chicos y alcanzan gran tamaño al llegar a la madurez sexual. Entre los individuos que estudiamos, que posiblemente fueran parte de una misma manada, también hay restos craneanos sin cuernos: es probable que un sexo tuviera cuernos y otro, no.”

Para Diego Pol, investigador del Museo Egidio Feruglio y uno de los descubridores del Patagotitan mayorum, el titanosaurio más grande del mundo, el del Shringasaurus es “un hallazgo excepcional”.

“Uno de los aspectos más interesantes que tiene es la presencia de cuernos -coincide-, un claro caso de convergencia evolutiva con algunos mamíferos herbívoros y también con dinosaurios con cuernos, como el famoso Triceratops. La abundancia de los restos que encontraron lleva a interpretar que estos cuernos eran parte del dimorfismo sexual de esta especie, es decir, atributos que poseía uno solo de los sexos. Esto es algo muy inusual en la paleontología. Finalmente, este caso es interesante por su antigüedad, dado que el Shringasaurus vivió antes de que aparecieran los mamíferos y los dinosaurios con cuernos, lo que demuestra que la evolución se repite en diversas oportunidades, llegando a la misma «solución» en diferentes etapas de la historia de la vida.”

Fuente: lanacion.com.ar